Cultura
Ver día anteriorDomingo 25 de abril de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

La puesta, que dirige David Hevia, se presenta en la Casa del Teatro

El sueño de la vida es sueño, obra que reflexiona sobre el rebelde derrotado
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de abril de 2010, p. 4

Críticas y reflexiones sobre la cultura católica y burguesa, así como de la idea del rebelde derrotado, se expresan en la puesta en escena El sueño de la vida es sueño, que dirige David Hevia y que se presenta en la Casa del Teatro.

Se trata de una versión de Hevia sobre la obra Calderón, escrita por Pier Paolo Pasolini en 1973, a su vez basada en La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca.

En su versión, el escritor italiano contextualiza la historia en la España franquista, y representa una revisión del mito de Segismundo.

En la propuesta de Hevia, el personaje protagonista es Rosaura, quien despierta de tres sueños consecutivos, todos vividos en una dolorosa realidad.

En el primero, es una pequeño burguesa, que sin saber se enamora de su padre, quien violó a su madre durante la Guerra Civil española.

Luego se trata de una Rosaura de 30 años que se sueña en el cuerpo de una prostituta, con un padre borracho y una madre rabiosa. En este sueño, Pablo es un chico burgués de 16 años, quien, obligado por sus amigos, acude a Rosaura para perder su virginidad, sin embargo, su vehemencia y reflexiones sobre los liderazgos fascistas provocan que la prostituta se enamore de él.

Finalmente, en su tercer sueño, Rosaura es una dama burguesa y esposa sometida al marido. Se evade de su realidad cotidiana, por lo que recibe tratamiento clínico para que vuelva a ser la mujer obediente. Sin embargo, sueña que está en un campo de concentración, cuyos prisioneros son liberados por la revolución obrero-campesina. Un sueño hermosísimo, pero los sueños, sueños son, concluye uno de los personajes.

De acuerdo con Hevia, la cultura católica y burguesa franquista, así como la idea del rebelde derrotado, son una herencia similar a la que vivimos en México.

Aquí, dice Hevia, “se habla de una burguesía, pero la idea es reconocernos en ella, aunque seamos hijos de rojos. Es una generación burguesa, no necesariamente de derecha, que hoy día puede pagar muchos proyectos y que puede ser motor de un posible cambio. Aunque suena un poco retrógrada, puede haber una burguesía ilustrada de izquierda”.

Lo interesante, abunda el director escénico, es comprender esa herencia en la juventud contemporánea, la cual ha dejado de soñar. Por otro lado, se pone de manifiesto la condición de la mujer en la sociedad occidental, que hoy día es nuestra única expectativa revolucionaria. Aquí se aprecia a la mujer rota y al rebelde derrotado.

El sueño de la vida es sueño se presenta en la Casa del Teatro (Vallarta 31, Plaza de la Conchita, Coyoacán).