Sociedad y Justicia
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Aplauden en Alemania renuncia de sacerdote
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de abril de 2010, p. 44

Hamburgo, 22 de abril. Representantes de la Iglesia católica alemana y organizaciones laicas recibieron hoy con respeto y alivio la renuncia del obispo de la ciudad alemana de Ausgburgo, Walter Mixa, quien abandonó su cargo después de admitir haber maltratado físicamente a niños de un orfanato.

Nosotros, la Conferencia episcopal alemana, respetamos y admiramos esa decisión, dijo su presidente, Robert Zollitsch, quien considera que el obispo Mixa quiso con ello permitir un nuevo comienzo a la Iglesia católica. Esa difícil decisión merece un gran respeto, enfatizó en Bonn.

Del mismo modo se manifestaron los obispos de Baviera, donde se ubica Augsburgo, y el obispo de la ciudad de Limburg, Franz-Peter Tebartz-van Elst, quien aseguró que la decisión no sólo ayudará a Mixa, sino a toda la Iglesia católica alemana.

Para el Comité Central de los Católicos alemanes, la noticia es un “enorme alivio.

Es un alivio para la Iglesia católica alemana, (Mixa) se había convertido en una carga muy pesada, dijo su presidente, Alois Glück, quien habló de una tragedia personal para Mixa, a quien criticó duramente por su modo de responder a las acusaciones.

También el movimiento Nosotros somos Iglesia lanzó duras críticas contra el religioso. Su vacilación, sus mentiras fueron inaceptables, destacó su portavoz, Christian Weisner.

Evasiones

Por el contrario, ni los representantes políticos bávaros, ni los del gobierno central en Berlín quisieron involucrarse demasiado en el tema y hablaron simplemente de respeto por la decisión.

En una carta dirigida al Papa el miércoles por la tarde, Mixa presentó su renuncia al obispado de Augsburgo, así como al de capellán de las fuerzas armadas alemanas. Aunque el Vaticano aún no se ha pronunciado, se da por seguro que aceptará la dimisión.

El obispo, de 69 años, justificó su renuncia diciendo que las discusiones públicas acerca de su persona afectaron duramente a sacerdotes y creyentes.

Mixa reconoció haber golpeado a internos del orfanato cuando era párraco de Schrobenhausen, en Baviera, entre 1975 y 1996.

Sin embargo, las víctimas hablaron de brutales palizas, mientras que Mixa apenas reconoció un par de bofetadas. También es acusado de haber malversado importantes sumas destinadas a una fundación de ayuda a huérfanos cuando era párroco, lo cual ya se investiga.