La legisladora del PRI María de los Ángeles Moreno denunció que la dirigencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el PAN han presionado al Senado para que condicione la aprobación de la minuta que reafirma en la Constitución el carácter laico del Estado mexicano, a cambio de que el clero pueda acceder a la enseñanza religiosa en el sistema educativo público y cuente con medios de información.

Ayer, incluso, estuvo en el Senado el responsable de relaciones públicas de la CEM, Manuel Correa, para cabildear con senadores de todas las fuerzas políticas. También ayer el senador perredista Silvano Aureoles anunció que mañana presentará su iniciativa para reformar el artículo 24 constitucional, en la que se sustituye el término libertad de culto por el de libertad de pensamiento, conciencia y religión.

Moreno Uriegas señaló que la intención panista es, de alguna manera, burlar o incumplir las disposiciones que se tienen en la Constitución sobre el Estado laico y la laicidad. La reforma es la única manera de que tengamos democracia, Estado democrático y respeto para todo mundo. Es la única forma de que el Estado se abstenga de dar privilegios a cualquier religión o credo.

La senadora priísta abundó que la CEM ha estado muy activa. Igualmente debería hacerlo cuando se trata de pederastia y de ofrecer disculpas. Algunos integrantes de ésta han dicho que (la pederastia) es por el entorno y una gran cantidad de tonterías que no justifican de ninguna manera que se agreda a los niños.

Cuestionada sobre la presencia de un integrante de la CEM en el Senado, la legisladora dijo que andan en todos lados. Se meten en todas partes, invitan a comer, hablan por teléfono, invitan a los que sienten más cercanos a ellos, a los que son más proclives. En concreto, a los panistas.

El perredista propone llevar a la Carta Magna, de manera textual, parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU. Particularmente la que señala: toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la de manifestar su religión o creencia individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

En el PRD no hay consenso en torno a dicha propuesta. Muchos perredistas opinan que abre la puerta a la educación religiosa y contraviene lo establecido en el artículo tercero constitucional.