El titular de la Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal, Martí Batres Guadarrama, puso en marcha ayer un programa piloto cuyo fin es incluir en el Registro Civil a 250 niños de la calle y posteriormente incorporarlos a lugares dignos donde vivir, así como a programas contra las adicciones.

El programa comenzó con la entrega simbólica de 16 actas de nacimiento, así como de igual número de claves únicas de registro de población (CURP) a menores que viven en las calles Artículo 123 y Humboldt, quienes por diferentes motivos carecían de estos documentos.

En total se van a entregar 2 mil 500 actas, explicó el funcionario, quien mencionó que estos documentos también se van a proporcionar a la población que está en los albergues del Instituto de Asistencia e Integración Social (Iasis).

En conferencia de prensa, Batres Guadarrama señaló que el propósito del programa es reinsertar en la sociedad a la población que vive en la calle, y constituye un paso para que estas personas reinicien su vida, porque sin acta de nacimiento nadie tiene identidad, no se puede acceder a los derechos políticos, económicos y sociales en los que todo ser humano debe estar incluido.

El funcionario dijo que en 2009, el censo de población en calle detectó que casi 3 mil personas viven de esta manera y 250 de ellos son menores.

Hegel Cortés Miranda, titular del Registro Civil, añadió que se trata de un acto de justicia, un acto de legalidad. Explicó que se trata de un documento que les va a dar nombre, nacionalidad, que da a conocer, en la medida de lo posible, el nombre de su padre y de su madre y el de sus abuelos.

Dirá de dónde vienen y cuál es su origen, porque el acta de nacimiento materializa esta información. Es un derecho humano, continuó, pero también una ampliación para obtener otras garantías. No es sólo un papel administrativo.

El director del Iasis, César Cravioto Romero, dijo: con los chavos que viven en Artículo 123 y Humboldt iniciamos un programa piloto, para que todos los que viven ahí y quieran puedan tener acceso a un lugar digno para vivir y a partir de ello poder generar programas de tratamiento de adicciones, de empleo diferente al que tienen ahora y en mejores condiciones de salud y educación.