Islamabad, 17 de abril. Dos ataques suicidas contra musulmanes chiítas sacudieron hoy el campo de refugiados de Kacha Pukha, norte de Pakistán, dejando saldo de 41 muertos y más de 60 heridos, por lo que la Organización de Naciones Unidas (ONU) se vio forzada a suspender la distribución de alimentos a cientos de desplazados que escapan de los enfrentamientos entre opositores armados y el ejército paquistaní en esa región.

Los atentados tuvieron lugar en un punto de registro y distribución de ayuda humanitaria para desplazados situado en el distrito de Kohat, en la provincia de Frontera del Noroeste.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, condenó el doble atentado y ordenó una pronta investigación para esclarecer los hechos.

Por su parte, el jefe de la policía de Kohat, Dilawar Khan Bangash, declaró que 41 personas murieron y más de 60 están heridas. El balance puede incrementarse. Parte de los cadáveres de los suicidas fueron recuperados, añadió.

El funcionario señaló que el primer atacante, disfrazado de mujer y cubierto con una tradicional burka, fue secundado segundos después por un adolescente que se inmoló.

Los sujetos actuaron cuando cerca de 300 personas desplazadas por los enfrentamientos se registraban para conseguir alimentos.

Salman Haider, supuesto vocero del grupo antichiíta Lashkar i Jhangvi al Aalimi, reivindicó el ataque en nombre del movimiento.

Nuestros objetivos en la acometida son los chiítas. Nos vengamos por el reciente asesinato de dos mujeres chiítas que se habían hecho sunitas, indicó sin proporcionar más detalles.

A consecuencia del ataque, la ONU anunció la suspensión temporal de la distribución de alimentos a desplazados en la región de Kohat y la vecina Hangu.

El centro atacado fue puesto en funcionamiento el pasado día 3 por el departamento de Bienestar Social de Frontera del Noroeste.

La mayoría de los refugiados que viven en ese campo escaparon de la provincia de Orakzai, donde militares paquistaníes libran combates contra los opositores desde finales del año pasado.

Unas 210 mil personas abandonaron la zona desde el comienzo de los bombardeos en noviembre, entre ellas 50 mil el mes pasado, cuando ingresaron a la región fuerzas terrestres.

El centro humanitario, donde trabajan organizaciones internacionales como el Programa Alimentario Mundial de la ONU, asiste a unas 2 mil personas.

Las fuerzas de seguridad paquistaníes se hallan enfrascadas en operaciones en varios puntos del noroeste y en casi todas las demarcaciones que forman el cinturón tribal, territorio inestable que nunca ha estado bajo completo dominio del Estado.

La violencia en Pakistán causó la muerte en 2009 de más de 12 mil personas y una cuarta parte de ellas falleció en atentados, según un informe del Instituto de Pakistán para Estudios de Paz.