El Ejército Mexicano debe salir del combate al crimen organizado porque el alto número de ejecuciones perpetradas en el país ha demostrado que la presencia de militares en las calles es absurda y que la violencia y violación a los derechos humanos se han incrementado en las entidades donde participan las fuerzas armadas, afirmó Fernando Tenorio Tagle, experto en seguridad pública de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El investigador del Departamento de Derecho de la Unidad Azcapotzalco indicó que, desde la aplicación de la estrategia del gobierno federal en contra del crimen organizado, las denuncias ciudadanas por transgresiones cometidas por elementos castrenses han aumentado en 600 por ciento.

“En la administración de Vicente Fox Quesada (2000-2006) hubo un promedio de mil ejecuciones al año; tan sólo en el primer año del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, ya con el Ejército en las calles, la cifra se cuadruplicó y se ha seguido incrementando, dijo.

Consideró que una vez que los militares dejen estas labores policiacas la violencia se reducirá de forma considerable, porque lo único que se logró con los soldados en las calles es atemorizar a la sociedad, y eso se parece más a una dictadura.

Estadísticas gubernamentales han referido que durante la actual administración el número de personas asesinadas de manera directa por el crimen organizado o en balaceras entre grupos rivales o durante enfrentamientos entre autoridades y delincuentes supera los 18 mil casos, señaló.

Tenorio Tagle detalló que en naciones europeas el problema del crimen organizado afecta a 20 o 25 por ciento de la población y en México la gente que sufre las consecuencias de las actividades delictivas suma más de 20 millones.

Hay una diferencia cualitativa: en el caso latinoamericano, por ser naciones periféricas, las agresiones se desarrollan con mayores márgenes de violencia; en Italia, Francia y otros países europeos (los delincuentes) roban, pero no causan lesiones, golpean o matan.

Por su parte, Adalberto Santana, investigador de la UNAM y autor del libro Narcotráfico en América Latina, advirtió que la delincuencia en México va a seguir incrementándose porque no se ha atendido el problema social de fondo ni hay un programa para resolver el rezago económico y educativo que permita a la población insertarse en actividades productivas.

La solución no se dará con medidas represivas, sino educativas y económicas; la población que no las tiene en algunos casos opta por la economía sumergida, el narcotráfico, los secuestros, los asesinatos, en síntesis la violencia organizada como forma de vida, concluyó.