Opinión
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Ciudad Perdida

Enésimo rescate del río Magdalena

La danza de los recursos

N

ada fácil resulta entender qué es lo que pasa por los rumbos de la Magdalena Contreras. Además del anuncio intempestivo de la construcción de la llamada supervía poniente, por enésima ocasión se dice que se rescatará el río Magdalena, el único caudal vivo de la ciudad de México.

La historia de este rescate es larga y más turbia que las aguas del propio río Magdalena. Nadie podrá quejarse de las buenas intenciones del gobierno de Marcelo Ebrard. El 5 de marzo de 2007 se aseguró que una de las 100 acciones del gobierno que entonces casi se iniciaba sería, imagínese usted, salvar el río, y con esa misma firmeza, la secretaria de Medio Ambiente, Martha Delgado, afirmó que en aquel año se invertirían 100 millones de pesos, cuando menos –esperaba obtener una cantidad igual de donaciones de la IP–, para tan necesaria obra.

El 5 de junio del mismo 2007 se anunció que para sanear el río se invertirían 350 millones de pesos, en un lapso de cuatro años, y que en ese afán concurrían cinco delegaciones políticas, comuneros e instituciones de investigación superior, asistencia privada, empresarial, y organizaciones civiles. Ese año, 2007, la inversión sería de 143 millones de pesos. Todo a pedir de boca.

Para el 13 de febrero de 2008, Martha Delgado dijo que en el año anterior –2007– se gastaron 43 millones de pesos provenientes del Fondo Metropolitano. Nada que ver con la primera noticia que hablaba de 100 millones, pero para que nadie cayera en desesperanza la funcionaria explicó que se esperaba que para ese año y el siguiente, 2009, la inversión sería de 200 millones, y que se estaba a la espera de que el plan maestro para el rescate estuviera listo.

Al principio de este año, los vecinos de la delegación Magdalena Contreras aseguraron que el rescate del río Magdalena sería otro sueño roto porque el gobierno de la ciudad no tenía recursos, según se les había informado.

Ayer, una vez más la secretaria de Medio Ambiente, Martha Delgado, anunció el rescate del río Magdalena. Informó que en 2008 se habían gastado 43 millones de pesos para ese fin, y aseguró que el gasto para la sobrevivencia del río sería de 150 millones, y no aquellos 350 de los que alguna vez se habló.

No podemos imaginar cuál es la intención del juego de la señora Delgado: ¿por qué la danza de cifras? ¿Por qué el plan original a cuatro años no ha sido lo suficientemente transparente para que los habitantes de la Magdalena puedan confiar en sus gobernantes?

La pésima administración del hoy diputado local Héctor Guijosa –antes delegado en aquella demarcación– defraudó la confianza de la gente de la Magdalena Contreras. Hoy día, sin más, se pide a la gente no sólo volver a creer en la quimera del río, sino en que la súper V que tiene en la cabeza el gobierno central no la afectará, y con esos antecedentes, la verdad, no se puede.

De pasadita

Ya está en juego, si es que así le podemos decir, el lugar que por malos manejos dejó el magistrado Miguel Covian Andrade en el Tribunal Electoral del Distrito Federal, luego de las acusaciones de venta de plazas en el organismo, por decir lo menos. El lugar deberá ser ocupado por una mujer para que se cumpla con la cuota de género a la que estaba, está, obligada la institución.

Son varias las candidatas y se dice que hay destinos marcados. Por lo pronto hay quien asegura que desde las oficinas de Marcelo Ebrard se trata de imponer a Karla Macías, secretaria de estudio y cuenta del magistrado del tribunal federal Salvador Nava. Pero en la Asamblea Legislativa no se creen el cuento y andan en busca de un perfil sano que esté fuera de los intereses de los partidos políticos, y todo hace pensar que Alejandra Barrales, que ha estado en busca de la persona indicada, ya encontró candidata. Vamos a ver.

El Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de la Ciudad de México prohibió al rector Manuel Muñoz Rocha asistir hoy a la reunión de trabajo en la Asamblea Legislativa. Total, lo que tenía que informar, ya lo saben los diputados.