Zacatecas, Zac., 10 de abril. Más de 300 ex braceros partieron hoy de esta ciudad en una marcha simultánea con otros ex trabajadores migrantes de Jalisco, Oaxaca y Guerrero rumbo a la ciudad de México para exigir al gobierno federal el pago del fondo de ahorro campesino, constituido cuando trabajaron fuera del país.

Entre 1942 y 1964 miles de personas se enrolaron en el programa que acordaron los gobiernos de México y Estados Unidos para cubrir las necesidades de mano de obra en los campos agrícolas y en la construcción de vías férreas en ese país.

Los ex braceros y viudas de los ex migrantes efectuaron un mitin en la plaza de armas de esta capital, en el contexto del aniversario del asesinato del general Emiliano Zapata, para exponer sus historias como sobrevivientes de las largas jornadas en campos de Michigan, Colorado, Texas, California, Carolina, Florida, Nuevo México y otros lugares de Estados Unidos.

José Santos Cervantes y Efraín Arteaga dijeron que la marcha, iniciada ayer desde varios puntos del país, es coordinada por tres organizaciones: el Centro Jaliscience del Adulto Mayor y del Migrante, el Frente Nacional de Organizaciones Braceroproa AC y el Frente Social por la Soberanía Popular de Zacatecas.

El contingente que salió de Zacatecas incluye dos grupos, uno de Tamaulipas y otro del norte de San Luis Potosí. Tras caminar varios kilómetros para salir del centro histórico capitalino, en el bulevar Adolfo López Mateos abordaron siete autobuses para la primera etapa del viaje.

Se espera que el lunes por la mañana lleguen los contingentes a Tepeji del Río, Hidalgo, desde donde se harán uno solo para caminar hacia el Distrito Federal.

Santos Cervantes explicó que el reclamo de los ex migrantes radica en que no les han pagado el fondo de ahorro campesino, constituido con 10 por ciento que les deducían de su salario cuando trabajaban en Estados Unidos como braceros, mismo que les debió ser devuelto una vez que regresaron a sus comunidades en México.

Los patrones estadunidenses hacían la deducción citada, y la depositaban en el banco Wells Fargo, a disposición del gobierno de ese país; luego, éste la enviaba anualmente al gobierno mexicano, quien debía entregárselas en sus comunidades.

Sin embargo, explica Santos Cervantes, por razones que no han sido esclarecidas, el gobierno mexicano nunca entregó esos fondos a sus legítimos dueños; sino que dispuso indebidamente de ellos, y los desapareció; vamos, se los robó, para decirlo sin rodeos.