La canadiense presentó su décimo disco, Quiet Nights, al público del Auditorio Nacional
Repasó temas de anteriores producciones e incluyó piezas en homenaje a Davis, Dylan y Waits, entre otros
Ganadora de un Grammy, llevará el recital a Monterrey y Guadalajara
Jueves 8 de abril de 2010, p. 8
Surcando las teclas de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, Diana Krall convirtió el Auditorio Nacional en un club de jazz de 10 mil personas en el recital que ofreció el martes por la noche para presentar su décimo larga duración, Quiet Nights, el cual, al contrario de lo que se pensaría, no fue nada quieto.
La rubia apareció puntual a la cita pactada con los capitalinos, atacó el escenario e hizo una reverencia, tomó posición frente al contrabajo y la batería, dando la espalda a la guitarra: Muchas gracias, que Dios los bendiga y buenas noches
, fueron las palabras de la jazzista, quien durante una hora y 40 minutos, además de presentar algunas piezas de Quiet Nights, interpretó otras de Stepping out, su disco debut, algunas de Only Trust Your Heart y de Love Scenes, así como temas/referencias/homenajes a/de Miles Davis, Al Jarreau, Natalie Cole, Sergio Mendes, Joao Gilberto, Bob Dylan y Tom Waits. So night, Corcovado, Fly me to moon, So nice, Quiet Nights y The boy from Ipanema fueron parte de una noche íntima y energética durante esta nueva visita de la artista originaria de Vancouver.
Con la belleza de su canto, en registro de contralto, así como la espléndida ejecución musical con tintes poperos, Diana Jean Krall llevó adonde quiso al público, que le profesó su amor hasta en momentos en los que no debía hacerlo: aplaudiendo cuando las piezas aún no concluían.
Después de un par de canciones sumergió a los presentes en el bossa nova que caracteriza a su reciente disco. La improvisación fue también parte importante en este recital, el cual llevará a otros puntos de la República Mexicana, específicamente a Monterrey y Guadalajara, para después continuar su gira por Europa.
Krall aprovechó un instante para hablar de su estado anímico y su familia: Hace cinco años que no estaba aquí y me siento feliz. Después de casarme y tener dos hijos, soy muy feliz
. La artista se convirtió en 2006 en mamá de gemelos, procreados con su esposo, el músico estadunidense Elvis Costello, e interpretó una pieza que definió su condición actual.
El público reconoció en todo momento el talento de la canadiense, quien durante su actuación se movió libremente por los terrenos del jazz con algunos tintes de pop. Diana Krall ha sido también ganadora de un Grammy por mejor interpretación vocal de jazz.
Luego de concluir su presentación y dar las gracias al público, éste pidió su regreso al escenario. La pianista lo complació con tres temas más, uno dedicado a Bob Dylan, a quien ella admira, y por último The boy from Ipanema. Se despidió diciendo: “Gracias por esta estupenda velada, que Dios los bendiga“. Así, Diana Krall, en su retorno a México, ofreció un concierto inolvidable.