Ventersdorp, Sudáfrica, 4 de abril. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, instó hoy a la calma tras el asesinato del líder de extrema derecha Eugene Terre’blanche por una presunta disputa en los pagos a trabajadores negros que avivó los temores de odio racial.

La policía arrestó a dos trabajadores de una granja y dijo que investiga la riña que tuvieron con Terre’blanche, pero su Movimiento de Resistencia Afrikáner (AWB, por sus siglas originales) dijo que fue muerto a golpes y cuchilladas en un ataque con motivaciones políticas.

Zuma, quien ve como prioridad atraer a los afrikáners, afirmó que se trató de un acto terrible, y pidió a los sudafricanos no permitir que agentes provocadores se aprovechen de esta situación para incitar el odio racial.

Terre’blanche, de 69 años, y quien se definía como un bóer –como se conoce a la minoría blanca de origen holandés que dominó el país hasta la caída del apartheid–, fue la voz de la oposición radical a la abolición del mandato de la minoría blanca a principios de la década de los 90.

Vivió apartado de la atención pública desde que en 2004 salió de prisión tras una condena por casi matar a golpes a un negro; su partido ha tenido un papel marginal desde entonces.

El AWB exhortó a la moderación mientras preparaba el funeral de su líder y decide los pasos a seguir.