La literatura infantil y juvenil es una apuesta en el mundo editorial y eso ha propiciado que algunos sellos abran espacios para las publicaciones dirigidas a este amplio sector de la sociedad.

La promoción de la lectura infantil se realiza también con talleres para niños y padres, cuentacuentos, clubes, narradores y por Internet mediante las redes sociales, como lo hace el Fondo de Cultura Económica (FCE) que, a la par, presenta en su catálogo volúmenes de calidad con temas novedosos y actractivos, además de organizar diversas actividades en sus librerías.

El 2 de abril, Día Internacional del Libro Infantil, se festeja desde 1965 para conmemorar el nacimiento de Hans Christian Andersen.

Por ese motivo, cada año se elige también un cartel y un mensaje. En este 2010 le tocó a España, con el lema Un libro te espera, ¡búscalo! En torno a este día se realizan infinidad de actividades en diversos países, aunque quizá este año no sea más atendido por haber coincidido con Semana Santa.

Teníamos abandonada la literatura infantil y estamos retomando la idea de publicar obras de calidad y que generen interés en los jóvenes. Este rubro es un mercado interesante y nosotros nos distrajimos editorialmente, expresa Carlos Graef, director general de Ediciones B.

Sin embargo, este sello pretende captar con mayor interés a los jóvenes entre 13 a 16 años y ofrecerá, a decir Graef, un buen libro para que el lector lea en un buen idioma español.

Los niños son un público muy fiel, honesto y exigente, opinó en entrevista Diego Mejía Eguiluz, editor infantil y juvenil de la editorial Random House Mondadori. Si algo no les gusta, simplemente no lo leen, pero suelen seguir a sus autores, conocer obras que han publicado con años de antelación y hasta cuestionar temáticas, según su experiencia.

La literatura infantil siempre ha estado presente, como es el caso de la línea especializada de Alfaguara desde 1999, o la serie A la orilla del viento que surgió en 1993, del FCE. Sin embargo, las generaciones actuales gustan más de la lectura, lo cual es positivo para las editoriales, porque si no creas lectores ahora, ¿para quién vas a publicar en 30 años?, señaló Mejía Eguiluz.

De acuerdo con el editor de Random House Mondadori, hay dos tipos de libros, cada uno con su público. El primero es al de marcas, por ejemplo Disney, que complementan la promoción de películas, caricaturas o series. El otro, que cada vez tiene más lectores, es el de ficción de libros de autor, como Mónica Brozon, Francisco Hinojosa, Luis Pescetti o Pablo Bernasconi.

Otro sector al que las editoriales están apostando es al de adolescentes de 12 a 16 años, quienes se soltaron a leer como poseídos, muchos de ellos novelas extensas. No es extraño que justo esta semana, en dos importantes cadenas de librerías, la segunda parte de Ghostgirl, de Tonya Hurley, y el Ladrón del Rayo, de Percy Jackson, encabecen las listas de lo más vendido.

Por su parte, Angélica Antonio, directora de proyectos de Ediciones El Naranjo, coincide al señalar que los niños son los que deciden qué leer y no es posible imponerles textos, ya que muchas veces sólo se causa aversión por la literatura.

A diferencia de grandes editoriales, El Naranjo publica de ocho a 10 títulos por año, pues nació con la intención de crear obras infantiles y juveniles atractivas tanto en contenido como en su estética, que ayuden a tener un sentido crítico y lúdico, por lo que cada libro tiene un formato particular.

De acuerdo con la colaboradora de esa editorial independiente, el primer acercamiento del niño al libro se hace en la escuela, cuando en este sentido el hogar debería ser fundamental. Es importante que este encuentro se haga de una manera natural y es diferente y cambia en función de la edad.

Al respecto, los dos editores coincidieron en señalar que el programa de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para llevar pequeñas bibliotecas a las escuelas significó un impulso para la publicación de literatura infantil. En primer lugar por el importante ingreso que significa vender los títulos a la dependencia, pero también porque para los pequeños representa un aliciente para continuar leyendo en casa.

El FCE lanzará la historia de Ricitos y los tres osos; además de otro volumen que habla de futbol, en este año de fiebre mundialista, con Juan Villoro como autor. Además, la novela Candy que tiene una temática interesante y como personaje central a un chico de 14 años, quien se enamora de una adicta a las drogas dos años mayor que él.

Este libro, dijo Eliana Pasarán, directora del área de obras para niños y jóvenes del FCE, no es una historia rosa de amor, sino que vincula el mundo de la fantasía con la reflexión, la visión cotidiana de los chavos y su despertar a la sexualidad.

El 12 de abril será inaugurada una exposición con 75 imágenes en el Centro Cultural Bella Época, donde se mostrará una selección del catálago del FCE.

El Fondo de Cultura Economica, a lo largo de 17 años, ha constatado el incremento de la lectura infantil; además de que se han seleccionado estupendos autores, tanto nacionales como extranjeros, puntualizó Pasarán.

Este jueves, la Dirección de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Coordinación Nacional de Salas de Lectura lanzó la publicación Leer en común, donde el lector encontrará un recuento del sencillo homenaje al escritor Carlos Monsiváis, realizado en la Sala de Lectura que lleva su nombre al poniente de la ciudad de México.

En esta primera edición, Mariana Torres ofrece las memorias de una peregrina en el primer Encuentro Internacional de Salas de Lectura. Leer en común publica también el recuento del Seminario Internacional de Promoción a la Lectura, que en 2009 tuvo como tema Leer literatura, un momento para el encuentro entre el niño y el adulto, el cual tiene el propósito de aclarar el papel de la lectura en un contexto social, así como la interrelación que se genera entre un adulto y un niño cuando leen juntos.

Leer en común tuvo un tiraje de 5 mil ejemplares, los cuales irán a los 32 estados en que operan el Programa Nacional de Salas de Lectura y el Fondo Especial de Fomento de la Lectura, además de que serán distribuidos en las 3 mil 440 salas de lectura activas que este proyecto tiene en el país.