Nueva York, 31 de marzo. Países donantes ofrecieron miles de millones de dólares para la reconstrucción de Haití, la nación más pobre de América devastada por el terremoto de enero, al reunir 5 mil 300 millones de dólares de cara a los próximos dos años y el compromiso de casi 10 mil millones de dólares a más largo plazo, anunció este miércoles el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.

Hay muy buenas noticias, porque comunidad internacional superó lo anticipado, clamó Ban al dar a conocer el resultado de la Conferencia Internacional de Donantes para la reconstrucción de Haití, que congregó a representantes de 138 países y organismos internacionales en Nueva York, y que presidió junto con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el presidente haitiano, René Préval.

Según Ban, los resultados obtenidos van mucho más allá de lo esperado, ya que los estados miembros y los interlocutores internacionales comprometieron 5 mil 300 millones de dólares para los próximos dos años y 9 mil 900 millones de dólares, en total, para los próximos tres años y más allá.

Añadió que ahora es cuando tenemos que asegurarnos de que Haití obtenga el dinero, y cuándo lo necesita y esté bien coordinado y bien gastado.

La suma comprometida representa una primera entrega de un monto total de 11 mil 500 millones de dólares, necesarios para la reconstrucción de Haití en un plazo no mayor de 10 años. Los principales donantes fueron la Unión Europea (UE), con mil 600 millones hasta 2013, y Estados Unidos, con mil 150 millones a largo plazo.

Pero el viceministro venezolano, Francisco Arias Cárdenas, batió todos los récords al asegurar que el apoyo inicialmente proyectado por la república bolivariana de Venezuela dentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) suma un total de 2 mil 420 millones de dólares en un plazo de seis años, aportados sobre todo por las ventas petroleras.

“Esto no es sólo simbólico y retórico –comentó el canciller brasileño Celso Amorim–, sino que también es un compromiso a supervisar durante los próximos dos años lo que hoy hemos decidido”.

Clinton dijo esperar que la reconstrucción será obra de los haitianos, transparente, coordinada y guiada por una exigencia de resultados. Sin embargo, advirtió que la ayuda nunca ha salvado a algún país, por lo que nuestro objetivo debe ser fortalecer a los haitianos para que puedan llevar adelante el desarrollo de su país.

La propuesta estadunidense se suma a los 2 mil 800 millones de dólares solicitados la semana pasada al Congreso por el presidente Barack Obama para las necesidades más urgentes.

Según Clinton, las áreas prioritarias donde se focalizará la ayuda de Washington son agricultura, energía, salud, seguridad y gobernabilidad. El plan de acción para la reconstrucción nacional y el desarrollo busca convertir a la tragedia en oportunidad para reconstruir Haití sobre nuevas bases.

La reunión de Nueva York fue copresidida por Brasil, Canadá, la UE, Francia y España, todos donantes importantes. Brasil es el principal contribuyente de tropas de la misión de cascos azules de la ONU en el país caribeño.

El Banco Mundial prometió 250 millones de dólares en nueva ayuda, y precisó que aportará 479 millones de aquí a junio de 2011. Amorim propuso en nombre de Brasil 172 millones de dólares, casi todos en el área de salud.

En tanto, la canciller de México, Patricia Espinosa, señaló que su gobierno mantendrá la ayuda humanitaria de emergencia y anunció que proporcionará un monto de 8 millones de dólares para la reconstrucción de Haití.

El sismo de magnitud 7 grados Richter que destruyó Puerto Príncipe el 12 de enero causó daños estimados en cerca de 8 mil millones de dólares, equivalentes a 120 por ciento del producto interno bruto de Haití. Además la catástrofe, que destruyó buena parte de la capital, mató a unas 220 mil personas y dejó a la intemperie a más de un millón de haitianos.

El presidente haitiano, René Préval, expresó su profunda gratitud a la comunidad internacional por los grandes esfuerzos en ayudar a su país. Ante los donantes hizo dos peticiones: crear lo que llamó los cascos rojos para que coordinen la ayuda humanitaria internacional, y que se invierta dinero en educar a los haitianos y no solamente en infraestructura.

Señaló que la experiencia de la catástrofe en Haití ha servido para replantear la coordinación de la ayuda humanitaria internacional de nueva manera, y que ahora las naciones tienen que ser más disciplinadas. Subrayó que para hacer que el nuevo sueño de este país sea una realidad, se necesita educación como prioritario requisito para el desarrollo.