Pachuca, Hgo., 31 de marzo. Vecinos de la comunidad de San Miguel Acambay, municipio de San Salvador, denunciaron el robo de 11 piezas de arte sacro, entre ellas dos esculturas de San Miguel Arcángel con incrustaciones de oro y sendas espadas de oro y plata.

Nicolás García Vázquez, delegado de la comunidad, y el párroco Miguel Martínez Meza, presentaron una denuncia penal, pero se quejaron de la falta de apoyo de las autoridades federales, particularmente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que pretextaron estar de vacaciones. Luego presentaron una denuncia ante el Ministerio Público Federal, que inició la averiguación previa 1/III/410/2010.

Según los denunciantes, el saqueo fue perpetrado la madrugada del martes, pues por la mañana la encargada de la parroquia, Rufina Hernández Vázquez, encontró forzadas las cerraduras y los candados abiertos para luego descubrir que faltaban 11 piezas de arte sacro, elaboradas en el siglo XVIII.

Se trata de seis óleos, entre ellos uno de la Virgen de Guadalupe, y cinco esculturas.

Los feligreses pidieron ayuda a las autoridades federales para impedir que las piezas salgan del país y ofrecieron una recompensa de 200 mil pesos a quien aporte datos para localizarlas.

Abraham Camargo, alcalde de San Salvador, municipio ubicado 35 kilómetros al sureste de Pachuca y considerado uno de los más marginados del Valle del Mezquital, reconoció que sólo hay 20 policías en la localidad, insuficientes para dar seguridad a cerca de 38 mil habitantes.

El lunes pasado, en la iglesia de San Francisco, en el ex convento del mismo nombre, alguien robó las limosnas de una de las alcancías.

En el año 2000 fue robada de la iglesia de la comunidad de San Juan Tepemazalco, municipio de Epazoyucan, una pintura titulada Eva y Adán expulsados del paraíso. La obra apareció cuatro años más tarde en un museo de San Diego, California.

El gobierno estatal, con apoyo del federal, solicitó la devolución de la pintura, que fue comprada por 45 mil dólares, aunque nunca se supo quién la vendió. Dos años más tarde se reinstaló en la capilla, donde los vecinos decidieron montar guardias armadas.

Según el INAH, los municipios de Hidalgo donde se han perpetrado más saqueos de arte sacro son Apan, Tula y Zempoala.