A dos meses del sismo en Haití, 400 mil familias siguen viviendo en campamentos, y muchísimas más no cuentan ni siquiera con una tienda de campaña donde resguardarse; no se han restablecido servicios públicos ni hay energía eléctrica en grandes zonas del país, las escuelas no han reanudado clases, los hospitales siguen colapsados al igual que los telefónos; no hay empleos y los niños huérfanos de antes y de ahora no reciben los apoyos necesarios.

La emergencia continúa y desafortunadamente la ayuda internacional escasea, por lo que la temporada de lluvias que se aproxima puede generar otra gran catástrofe humanitaria que podría provocar epidemias y muerte, de ahí que resulta urgente que continúen las acciones de solidaridad hacia Haití, señalaron representantes del Frente Nacional del Movimiento Urbano Popular (Fnamup) y Ciudadanos en Casos de Emergencia por Desastres de Ultramar (CODE, por sus siglas en inglés).

En entrevista, Cuauhtémoc Abarca, Patricia Lara y Pascal Windland hicieron un llamado al gobierno de México para que no concentre la ayuda recabada en la capital haitiana y que sólo sea entregada al gobierno de esa nación, ya que debe llegar a otras zonas y distribuirse con la participación de organizaciones no gubernamentales y sociales.

Esto porque se ha detectado que han surgido mafias que acaparan los apoyos, levantan campamentos falsos y luego venden las ayudas, en contraposición, las organizaciones sociales tienen la estructura para atender a damnificados, levantar censos verdaderos y conforme a éstos hacer la distribución.

Reiteraron el llamado a la embajada de Haití en México para que haga llegar a esas zonas, por lo menos, una parte de lo que el pueblo mexicano ha enviado, sin que hasta el momento se haya brindado a zonas como Leogane, epicentro del sismo que casi fue devastado.