Siguen las reformas financiera y migratoria
ara tener un poco más clara la magnitud de la reforma de salud que el presidente Obama impulsó y apoyó hasta sus últimas consecuencias, y que los miembros del Partido Demócrata aprobaron, con el voto en contra de todos los congresistas republicanos, es necesario destacar algunos de sus principales elementos.
Más de 32 millones de estadunidenses serán integrados a los servicios de salud. El resultado es que 20 mil de ellos que se estima mueren anualmente por carecer de esos servicios tendrán la oportunidad de salvar su vida.
A partir de ahora a nadie se le podrá negar un seguro médico por padecer o haber padecido alguna enfermedad ni rescindirlo a quien padezca una enfermedad grave, como frecuentemente lo han hecho las aseguradoras.
Todos los estadunidenses estarán obligados a obtener un seguro médico. El Estado ofrecerá un subsidio a quienes carezcan de recursos para pagarlo y a las empresas medianas y pequeñas que tengan la obligación de asegurar a sus trabajadores. El resultado es que 95 por ciento de estadunidenses quedarán asegurados; el 5 por ciento restante son personas que carecen de documentos migratorios.
Quienes tengan hasta 26 años de edad podrán ser parte del seguro familiar. Previamente esa posibilidad se cancelaba cuando cumplían 21 años.
De no haberse aprobado la reforma, los servicios de salud que proporciona el Estado estaban en peligro de quebrar, debido al manejo discrecional que las aseguradoras hacen de los recursos que el Estado les paga para la atención médica de la mayor parte de la población. Ahora habrá un ahorro considerable por el estricto control que la reforma establece sobre esos recursos.
La siguiente reforma que el Presidente se ha propuesto es la del sistema financiero. La deficiente regulación en ese sector y la desmedida ambición y corrupción de quienes dirigen las instituciones financieras fueron causa de la profunda crisis que afectó a ese sector. Por ello, su reforma es impostergable. Poderosos intereses se opondrán y, al igual que con la reforma de salud, seguramente encontrarán aliados en los sectores más conservadores del Congreso.
Otra reforma pendiente es la migratoria, y ésa fue la razón por la que más de 100 mil manifestantes la exigieron frente al Capitolio hace dos semanas. El Presidente respondió que es un compromiso que cumplirá cuando concluya la del sistema financiero. Sin embargo, no es buena señal que los congresistas republicanos hayan expresado su intención de revertir la reforma de salud y no colaborar con el Presidente en ninguna de sus propuestas. La actitud agresiva, insolente e inclusive violenta con la que un amplio sector del Partido Republicano y sus seguidores han respondido es indicativa de los problemas que enfrentará Obama para avanzar en su agenda.