Grandes esculturas de huanacaxtle se yerguen en la explanada del Palacio de Bellas Artes
Las piezas se han exhibido en San Luis Potosí y Guanajuato; miden entre 1.60 y 2.70 metros de alto y pesan hasta dos toneladas
Prepara un proyecto que dedicará al Grupo de los Cien
Lunes 29 de marzo de 2010, p. a10
La docena de apóstoles
colocados en semicírculo, que miran hacia el Palacio de Bellas Artes, no se remiten a los personajes bíblicos, sino están concebidos para rendir homenaje a los promotores del arte: periodistas de prensa escrita y medios masivos, galeristas y funcionarios culturales, expresa su autor, el pintor y escultor nayarita Vladimir Cora (Acaponeta, 1951). Las grandes cabezas de piedra de la Isla de Pascua también lo motivaron para llegar a los apóstoles.
Dichas esculturas en madera, muchas con pintura, también están dirigidas a las personas que no tienen nada
; de allí que el artista insistió en exhibirlas en la explanada del recinto de mármol. Esas obras, cuyas dimensiones van desde 1.60 metros a 2.70 metros de alto, y un peso de entre media y dos toneladas, fueron presentadas en el pasado Festival Internacional Cervantino. Luego viajaron a San Luis Potosí, donde se exhibieron frente al Centro de las Artes Centenario.
Aunque seguramente el público que transita por el lugar se empeñará en saber cuál apóstol es cada quien, Cora asegura que muchas son mujeres
. Tal vez más conocido como pintor, el entrevistado tiene especial interés por la escultura, porque me gusta mucho acariciar a la mujer, las formas tan bellas que tiene. Al hacer una escultura, lógico, estoy gozando
.
Si trabaja en madera en lugar de yeso, para pasarlo a bronce o en piedra, se debe a que es calientita
. Los apóstoles están trabajados en huanacaxtle, árbol que crece en Nayarit, pero también en Colima y al parecer en Jalisco.
A Cora le gusta el huanacaxtle por la historia que tiene. Nuestros antepasados la usaban; es una madera que se usa mucho en balsas, canoas, medio de transporte de los indígenas de entonces. Incluso, creo que le hacían reverencias. También me gusta porque cuando tallo una madera y la pulo, y no la quiero policromar, salen dibujos, vetas preciosas
.
Continúa: “Casi, casi se puede decir que el huanacaxtle tiene un cuarto de acuática, porque puede estar años y años y años en el agua, en los canales que hay en los esteros. No es blanda, sino dura. Cuando comencé el proyecto de los apóstoles, tuve que observar muchos árboles, porque no todos funcionan, primeramente están tiernos. Un árbol de éstos tiene que tener cuando menos 50 o 60 años de edad. La escultura denominada El autorretrato, la pieza más gruesa, tenía un siglo. Estaba en el patio de una casa, pero a los dueños les estorbaba, porque estaba muy grande. Ése lo corté; no hice lo mismo con todos porque muchos ya estaban caídos por los rayos.
No había pensado que en la sierra hay mucha madera en el suelo. Entonces, cuando mucho corté unos cinco árboles, pero aun así, por cada una de las 12 esculturas que están aquí sembré 10 arbolitos, con ayuda de la comunidad de San Diego el Naranjo, del municipio de Acaponeta. Que quede claro que estoy en contra de la devastación, pero tengo que cortar árboles porque me gusta la madera para mis esculturas. Estoy en contra de las talas inmoderadas que hay en el país.
Cora trabaja actualmente en un nuevo proyecto escultórico que consistirá en 100 cabezas de hombre que estará dedicado al Grupo de los Cien, encabezado por Homero Aridjis, y nace a raíz de la pasada cumbre realizada en aras del calentamiento global. Para este proyecto, que Cora presentará a la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, piensa invitar a 99 escultores, además de una obra de su autoría.
El artista también prepara un proyecto de las Magdalenas, para el Museo de Arte Moderno. En la actualidad exhibe pintura al óleo hecha al alimón con el oaxaqueño Alejandro Santiago, en la galería Óscar Román.