Sábado 27 de marzo de 2010, p. 19
Seúl, 26 de marzo. Un barco de la marina surcoreana se hundió la noche del viernes luego de haber sufrido una explosión en cubierta, incidente poco claro en el que no se descarta un ataque militar de Corea del Norte.
Al menos 46 tripulantes están desaparecidos, indicó este sábado en Seúl un portavoz militar. Cincuenta y ocho marinos fueron rescatados y 46 están desaparecidos
, aseguró.
Luego de que el buque Cheonan naufragara cerca de la isla de Baengnyeong –en el mar Amarillo–, en la zona naval limítrofe entre ambos países, las autoridades de Corea del Sur convocaron a una reunión de emergencia, en la que un vocero presidencial afirmó que no hay ninguna certeza de que el hecho se haya debido a un misil norcoreano, como se especula.
El portavoz subrayó que un equipo de hombres rana de la Armada se preparaba para investigar las causas del naufragio y recuperar cuerpos.
Poco después del incidente un navío surcoreano abrió fuego contra un objeto no identificado, que aparentemente se encontraba del lado de Corea del Norte, pero más tarde se descubrió que era una bandada.
Antes de alimentar los rumores sobre un presunto ataque norcoreano, autoridades de Seúl afirmaron que la prioridad en este momento es rescatar la mayor cantidad posible de marinos.
Tres hipótesis sobre el incidente
De acuerdo con fuentes gubernamentales surcoreanas citadas por la agencia Yonhap, hay tres hipótesis sobre la explosión en el buque: un ataque norcoreano con misiles, una mina colocada por Corea del Norte, o una explosión accidental de municiones a bordo de la nave.
El canal de televisión YTN, citando a un alto responsable de la presidencia en Seúl, informó que el Cheonan estaba muy al sur de la frontera entre ambos países, por lo que encontrar un navío de Corea del Norte era poco probable.
Además, el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur notificó que no había registrado ningún movimiento irregular de las fuerzas norcoreanas en la frontera marítima, en donde se registraron fuertes combates en 1999 y 2002.
Unas horas antes de la explosión y el naufragio, Pyongyang había advertido a Estados Unidos y Corea del Sur que lanzaría un ataque sin precedentes
si intentaban derrocar al gobierno de Kim Jong Il, incluso con la utilización de armas nucleares.