Lo firmarán el 8 de abril en Praga, tras un año de negociaciones
Disminuirán en un tercio el número de ojivas que poseen los países
Sábado 27 de marzo de 2010, p. 18
Moscú, 26 de marzo. En conversación telefónica, los titulares del Kremlin, Dimitri Medvediev, y de la Casa Blanca, Barack Obama, aprobaron este viernes el texto definitivo del nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés) y acordaron firmarlo el próximo 8 de abril en Praga, la capital de la República Checa.
Con este anuncio, hecho hoy simultáneamente en Moscú y Washington, se dan por concluidas de modo oficial las intensas negociaciones –de casi un año de duración– para sustituir el pacto de desarme que expiró el pasado 5 de diciembre.
Ambas partes, al expresar su satisfacción por el acuerdo, aseguraron que el documento se ajusta a los parámetros establecidos por los mandatarios en su Entendimiento conjunto sobre reducción de armas estratégicas
, suscrito durante la reunión cumbre que mantuvieron aquí el 6 de julio anterior.
El nuevo pacto de desarme, grosso modo, reduce en un tercio el número de ojivas nucleares, hasta un máximo de mil 550 por país, y restringe a 800 –de ellos 700 desplegados– la cantidad de vectores estratégicos, como se denomina en la jerga de los negociadores al armamento que permite realizar lanzamientos de cabezas nucleares a larga distancia, como son los misiles intercontinentales, los submarinos y los bombarderos estratégicos.
Por ahora, se mantiene en secreto el texto del tratado, por lo cual resulta imposible evaluar qué concesiones tuvieron que hacer rusos y estadunidenses para desbloquear las negociaciones, casi cuatro meses después de que dejó de tener vigencia el anterior START.
Se desconoce si Estados Unidos aceptó la exigencia de Rusia de que el nuevo tratado sea ratificado al mismo tiempo por ambos parlamentos, cuestión nada secundaria, pues sólo después de dicha certificación legal empieza a correr el plazo de siete años, fijado por los presidentes en su cumbre de julio de 2009, para hacer efectivas las reducciones de sus arsenales.
Mientras no sea ratificado, el documento que firmarán Medvediev y Obama será tan sólo un compendio de buenas intenciones.
En cambio, según trascendió, Rusia fracasó en su intento de condicionar el desarme nuclear al compromiso de Estados Unidos de no desarrollar ni instalar componentes de su escudo antimisiles en Europa o Asia, así como de limitar el despliegue de armamento ofensivo de largo alcance no nuclear.
Estas dos divergencias de fondo llegaron a poner en entredicho la firma del nuevo START hasta que Estados Unidos anunció, en septiembre pasado, que abandonaba sus planes de instalar una estación de radares en la República Checa y 10 interceptores en Polonia.
Sin embargo, Rusia no ha recibido de Estados Unidos información detallada acerca de las medidas militares con que piensa compensar su abortado plan de colocar parte de su escudo antimisiles en Europa oriental.
Ante el riesgo de que la negociación del nuevo pacto de desarme llegara a un punto de ruptura, Rusia adoptó una posición más flexible, que le permite, igual que a Estados Unidos, salvar la cara, al tiempo que deja abierta la puerta para que cualquiera de ellos se desentienda de los compromisos asumidos en caso de ver amenazada su seguridad nacional.
En conferencia de prensa convocada con carácter de urgente, el canciller ruso, Serguei Lavrov, explicó: El tratado se firmará en unas condiciones en que cada una de las partes tiene respectivos niveles de sistemas defensivos estratégicos. Si se alteran dichos niveles, cada parte se reserva el derecho de seguir participando en el proceso de reducción de armamentos estratégicos ofensivos
.