La Alameda Central, uno de los espacios de esparcimiento más antiguos de la ciudad de México, es disputada por organizaciones de comerciantes.

De ser punto de reunión de las familias más acaudaladas en el porfiriato se convirtió en zona roja, donde prevalece la prostitución, se comercializan drogas y se cometen delitos, señalaron visitantes y ambulantes del lugar.

Los comerciantes históricos, como se denominan los vendedores de mayor antigüedad en la Alameda Central, aseguraron que han sido invadidos por mil 500 ambulantes que no están reconocidos, pero son tolerados por las autoridades de la delegación Cuauhtémoc.

La presencia de los vendedores cambió radicalmente la tradición del parque. Era común la venta de globos, pelotas, algodones, palomitas, nieves, elotes, comentó una vendedora, que omitió su nombre por temor a represalias. Ahora, añade, los giros son la piratería, ropa, discos, cualquier cosa que quieran meter.

Los tradicionales fotógrafos que tomaban las placas del recuerdo en cinco minutos fueron sustituidos por los videos. Los 367 comerciantes reconocidos han sido desplazados, por lo que ayer realizaron una marcha de colores que partió del Hemiciclo a Juárez al Zócalo.

Un problema grave que resaltaron vendedores, visitantes y transeúntes es la inseguridad. Ivonne Castillo, quien dice cruzar a diario por la Alameda, asegura que después de la 18 horas, cuando empieza a oscurecer, es una zona de miedo. Llega mucha gente en busca de los niños que se prostituyen y es mejor evitar el paso por aquí.

Las historias de robos se han hecho comunes, pese a la presencia de la policía típica, que resguarda el parque central. “Hay chineros que te llegan por detrás para llevarse la bolsa, la cartera o lo que traigas”, señala.

También encuentras cadeneros. Por la noche aparece mucho drogadicto y los mismos encargados de seguridad de los hoteles recomiendan a sus huéspedes evitar la Alameda, comentó Armando Sánchez, comerciante.

Ante esa situación, los integrantes del Consejo Coordinador de Actividades Sociales y Culturales de la Alameda Central solicitaron al gobierno de Marcelo Ebrard ordenar la actividad comercial, social e implementar operativos en el parque.

Demandaron que sólo se reconozca a los integrantes de las 12 organizaciones históricas, con más de 30 años en la zona; que se recupere el espacio para que vuelva a ser un lugar de recreación y esparcimiento familias y cultural, además que las denuncias presentadas ante el Ministerio Público se atiendan para que se borre la imagen de impunidad que la gente tiene, por lo cual ya no acude a la Alameda Central.

Durante su recorrido, los vendedores portaron pancartas donde se exigía a Héctor Serrano, titular de la Secretaría de Programas Delegacionales, cumplir su palabra y realizar el ordenamiento. Además, con globos de colores invitaban a la gente a sumarse a su demanda y hacer que la Alameda sea una vez más el principal parque del centro de la ciudad de México.

Al frente de la movilización llevaban un Pinocho de cartón en alusión a las mentiras que han dicho las autoridades para evadir su responsabilidad.