La Habana, 22 de marzo. Por primera vez desde que Guillermo Fariñas inició hace un mes una huelga de hambre para demandar la liberación de los opositores encarcelados más enfermos, un enviado del gobierno lo visitó en el hospital para pedirle que desista de su movimiento.

Alicia Hernández, la madre de Fariñas, informó que su hijo recibió la visita en la sala de terapia intensiva del hospital provincial Arnaldo Milián, donde está internado desde hace 11 días, aceptando los medicamentos y regeneradores por vía intramuscular, pero sin regresar a la alimentación oral.

El emisario que estuvo el domingo por la mañana en el hospital es el oficial que lo atiende, como se llama en la jerga de la policía política a los agentes asignados en forma permanente al seguimiento de personas o grupos opositores.

Le dijo que debía dejar eso, que tenía familia, que mirara el bien de su hija, de su madre, de todas las personas que no quieren que se muera, contó la señora Hernández sobre la conversación, de la que fue informada por Fariñas.

Él expuso su punto de vista. Le dijo que la Unión Europea había pedido más que él, o sea que liberen a todos los presos. Que él sólo estaba pidiendo que soltaran a los que estaban delicados de salud.

El oficial le dijo que el asunto no estaba en sus manos, según el relato de Alicia Hernández. Y terminaron hablando de pelota.

Fariñas tuvo fiebre alta el domingo y le repitió esta noche. Se le hizo una radiografía facial para explorar una posible sinusitis, que resultó negativa, y luego un hemocultivo, en búsqueda de algún posible germen, del que aún no hay resultados. Al terminar el lunes se mantenía consciente, orientado, pero adolorido y con pronóstico grave, añadió la madre.