La fracción del Partido Revolucionari Institucional (PRI) en el Senado considera intransitable la propuesta de reforma laboral presentada por el Partido Acción Nacional (PAN), toda vez que su propósito es beneficiar aún más a los patrones y las empresas, a costa de reducir prestaciones y derechos de los trabajadores, entre ellos el de huelga, advirtió el senador Carlos Jiménez Macías.

Deploró que el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano, se haya puesto de nuevo los guantes y asumido un discurso golpeador para confrontarse con quienes no aceptan esa iniciativa basada en un modelo económico que no ha funcionado y que sólo ha logrado ahondar en la desigual distribución de la riqueza.

Vocero de la bancada priísta en Xicoténcatl y ex líder sindical, Jiménez Macías recalcó que con esa actitud belicosa, Lozano sólo logrará que el consenso sea cada vez mayor para rechazar la iniciativa que presentó el PAN con la que se pretende modificar la Ley Federal del Trabajo.

Por supuesto que el país necesita una nueva legislación laboral, pero nunca con el propósito de disminuir el derecho de huelga y las prestaciones que el movimiento obrero mexicano ha conseguido a través de luchas históricas. Muchos pensamos en la conveniencia de modernizar la ley que rige las relaciones entre los factores de la producción, pero no con un proyecto que sólo beneficia a los patrones.

El senador priísta señaló que la reforma que el PAN acaba de presentar en la Cámara de Diputados apunta a proteger sobre todo los intereses de las empresas, violenta derechos adquiridos y tiene un tinte de intromisión en la vida interna de las organizaciones sindicales. Las reformas en materia sindical las deben hacer los propios sindicalizados, eso no se puede reglamentar en la ley.

Hizo notar que el nivel de ganancias de las empresas en México es uno de los más altos del mundo y, en contraparte, los trabajadores arrastran un deterioro en su salario real desde hace muchísimos años, en los que sólo recibieron aumentos en relación con lo que impacta la inflación, sin recuperar el poder de compra perdido.

A su juicio, Lozano Alarcón y el propio Presidente de la República han presentado una disyuntiva falsa, ya que no es verdad, como aseguran, que sin la reforma laboral que ellos proponen no se podrá mejorar la productividad y relanzar la economía.

Estos gobiernos panistas y los anteriores no han querido entender que el esquema de mercado no resuelve el problema de la distribución de la riqueza en México. Aquí hay ricos cada vez mas ricos y pobres más pobres, porque las medidas del gobierno federal van siempre encaminadas a favorecer a las empresas.

Recordó que en la negociación de la reforma fiscal, en noviembre del año pasado, se discutió mucho en su bancada, ya que la propuesta de Felipe Calderón en la materia era todo lo contrario de lo que recomendaban economistas prestigiados. “Se los vinieron a decir hasta premios Nobel, pero no lo entendieron e insistieron en dar más canonjías tributarias a las grandes empresas, que suman miles de millones de pesos que las corporaciones no pagan al fisco.

En ese mismo sentido va la reforma laboral que presentó el jueves pasado la bancada panista en la Cámara de Diputados, por ello hay mucha dificultad para que transite en el Senado. Así como viene, los priístas no la vamos a votar.

Perfil claramente empresarial

Por otra parte, el Consejo Nacional del PRD rechazó la propuesta de reforma laboral presentada por el PAN, porque tiene un perfil claramente empresarial que lesiona los derechos constitucionales de los trabajadores. Instruyó al grupo parlamentario a retomar la iniciativa que presentó en la anterior legislatura para hacer una que se contraponga a la presentada por el blanquiazul.

En entrevista posterior, el presidente del PRD, Jesús Ortega, manifestó que su partido no comparte la idea de que la reforma laboral debe ser a costa de cancelar derechos adquiridos de los trabajadores.

La falta de crecimiento [económico] no se resolverá quitando derechos a los trabajadores. Hay otras cosas que podríamos compartir, pero debe terminarse con el voto por aclamación; con el sigilo en el manejo de los recursos de los trabajadores por los líderes sindicales y con la toma de nota. La facultad de autorizar la existencia de sindicatos no debe ser del gobierno; es un asunto que atañe sólo a los trabajadores.

Previó que se analizará la propuesta, pero vamos a oponernos a cualquier reforma que cancele o lesione los derechos laborales.

Con información de Roberto Garduño y Alma Muñoz