Decomisan envoltorios con cristal a militares en Mulegé, Baja California Sur
Sábado 20 de marzo de 2010, p. 13
Dos militares fallecieron en Reynosa, Tamaulipas, y otros tres fueron capturados en posesión de 20 envoltorios con clorhidrato de metanfetamina –droga conocidad como cristal– en Mulegé, Baja California Sur.
En aquella entidad y otros estados murieron 23 civiles –algunos de los cuales estaban armados–, tres policías y dos ex agentes estatales.
Autoridades federales reportaron que en tiroteos en Tamaulipas fallecieron los militares mencionados. También murieron ocho presuntos sicarios, dos en Reynosa y seis en enfrentamientos con soldados en los municipios de Mier y González.
Asimismo, tres policías preventivos de Ciudad Victoria desaparecieron cuando patrullaban en el entronque de la carretera Monterrey-Tampico.
El mediodía del viernes fueron hallados los cadáveres de tres desconocidos sobre la carretera México-Laredo en el tramo Victoria-Ciudad Mante.
Por otro lado, en Reynosa se negó el permiso para la realización de los desfiles de primavera de planteles de educación prescolar y Centros de Desarrollo Infantil (Cendis), debido a la inseguridad imperante. En toda la entidad, tan sólo en febrero las fuerzas federales y estatales detuvieron a 159 personas e incautaron 11.6 toneladas de mariguana, 202 granadas, 117 armas de fuego, 24 mil cartuchos y 185 vehículos en la lucha contra la delincuencia organizada.
En otros estados
En Sinaloa, la jornada violenta de este viernes cobró la vida de ocho personas, entre ellas un policía ministerial y dos preventivos. El primero de ellos, Hugo Aristeo Oviedo Barraza, del área de homicidios dolosos, fue abatido cuando salía de su casa en la colonia Hidalgo de Culiacán; en el sitio se hallaron 80 casquillos calibre 7.62.
Alonso García Flores y Federico Meza López, también elementos policiacos, murieron en un ataque donde su compañero Norberto Meza Beltrán y el civil Gilberto Félix resultaron heridos.
En la propia capital, cerca del fraccionamiento Capistrano, dos sujetos, de los cinco civiles muertos, viajaban en una camioneta blindada cuando pistoleros a bordo de cinco vehículos comenzaron a perseguirlos; tras un intento de fuga fueron alcanzados y ejecutados.
En Hermosillo, Sonora, por la mañana fueron ultimados dentro de un restaurante de la colonia San Benito Germán Lugo Norzagaray, ex jefe de grupo de la desaparecida Policía Judicial del Estado, y Jorge Gastón Lugo Moreno, ex agente de la misma corporación cesado en 1997.
Por otro lado, en un paraje del estado de México cercano a las Lagunas de Zempoala, Morelos, los cuerpos de cuatro sujetos fueron encontrados por militares dentro de un vehículo. Al principio se informó que eran policías de Huitzilac, pero luego la procuraduría de Justicia morelense identificó a tres de ellos como César Flores Bonilla, estudiante de derecho de la Universidad del Valle de México; Antonio Camacho Moctezuma, abogado, y Fermín Dávila, de quien se ignora su ocupación o actividad.
En Chihuahua, sin contar los crímenes cometidos en Ciudad Juárez y zonas aledañas, ocurrieron dos asesinatos.
Una ejecución más fue perpetrada en el municipio de Gómez Palacio, Durango; la víctima fue una sexagenaria.
En Guerrero Negro, municipio de Mulegé, Baja California Sur, la Policía Ministerial detuvo a tres militares en posesión de varias dosis de cristal, y en Torreón, Coahuila, más de 400 policías y agentes de tránsito que fueron cesados tras un paro de labores de cinco días, pidieron volver a sus puestos, a lo que el alcalde priísta Eduardo Olmos Castro dijo que admitirá a 140, sólo si aprueban los exámenes de control.
Javier Valdez, Ulises Gutiérrez, Rubicela Morelos, Israel Dávila, Raymundo León, Saúl Maldonado, Rubén Villalpando y Julio César Ramírez y con información de Notimex