La Habana, 16 de marzo. Al cumplirse esta semana siete años de las detenciones y condenas masivas a 75 opositores, el tema volvió a la calle en el centro de La Habana, con una manifestación para exigir la liberación de los presos y una contramarcha oficialista.

En Santa Clara, en el centro del país, Guillermo Fariñas permanecía en la sala de terapia intensiva del hospital provincial Arnaldo Milián, donde recibe hidratación y alimentación en sueros, y con un diagnóstico de grave y estable, informó su madre, Alicia Hernández.

Al mismo tiempo, dos manifiestos divergentes se difundieron entre la prensa extranjera. En uno, familiares de los presos del grupo de los 75 pidieron la libertad inmediata de sus parientes y que, mientras estén en la cárcel, sean reconocidos como reos de conciencia, sin mezclarlos con los de alta peligrosidad.

En el otro texto, las directivas de la Unión Nacional de Escritores y Artistas (UNEAC) y de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), de jóvenes creadores, rechazaron que en la isla en el último medio siglo haya habido torturas, desapariciones o ejecuciones extrajudiciales. Dijeron que en Cuba rige “una democracia… imperfecta”, pero mucho más participativa y legítima que la que nos pretenden imponer.

Brotes de crispación

En esa forma han resurgido brotes de crispación, aunque no con las dimensiones de 2003. En la calle se focaliza en episodios como las marchas y el caso de Fariñas. Aquí no se difundió la declaración del Parlamento Europeo, que el viernes pasado condenó por evitable y cruel la muerte del prisionero opositor Orlando Zapata Tamayo. Sin embargo, los medios informativos recogen comentarios de ciudadanos que rechazan ese texto, como lo hizo la Asamblea Nacional cubana.

Desde el fin de semana, el diario oficial Granma publica reseñas de la situación social y de violaciones a los derechos humanos en Europa.

Una veintena de Damas de Blanco, esposas de presos del grupo de los 75, marcharon hoy por unos dos kilómetros del centro comercial de La Habana, en una de las acciones que están realizando esta semana, por la liberación de sus familiares. Al pasar por la sede de la Unión de Periodistas de Cuba, reclamaron a gritos que la prensa local reseñara la situación de los detenidos.

A partir de ahí, y durante el resto del recorrido, varias decenas de partidarios del gobierno increparon a las manifestantes, con gritos como ¡esta calle es de Fidel! y ¡abajo la gusanera!, en medio de un clima tenso, pero sin violencia física. El lunes el grupo opositor había hecho otra pequeña manifestación, sin incidentes.

Fariñas inició hace tres semanas una huelga de hambre y sed, que ya interrumpió en dos ocasiones para recibir atención de urgencia, según su propia decisión de acceder al cuidado médico cuando queda inconciente.

Su madre dijo esta noche por teléfono que todo el mundo que puede acercarse le sigue pidiendo que abandone el ayuno. El hospital le ofrece regularmente la dieta líquida y blanda que puede tener ahora por vía oral, pero él la rechaza, relató Hernández, quien es enfermera de profesión.

El activista pide la liberación de los presos opositores más enfermos, según una lista que identifica a 25 casos. La madre indicó que la alimentación que tiene es por vía parenteral (en suero). Dijo que Fariñas tiene un acompañante permanente y tiene visitas a través de un cristal, cuatro días a la semana.

Sigue con dolores, mareos y cansancio, pero está conciente y orientado, añadió la señora Hernández. No hay un pronóstico, depende de muchas cosas y esta situación puede prolongarse varias semanas.

El manifiesto de familiares de los presos de 2003 recordó que entre el 18 y el 20 de marzo se concentraron los arrestos, Amnistía Internacional acogió a los 75 como prisioneros de conciencia y el grupo de trabajo correspondiente de la Organización de Naciones Unidas declaró arbitrarias esas detenciones.

De ellos, siguen presos 53. Otros 21 recibieron licencia extrapenal –permiso para estar en la calle, por razones de salud–, de los cuales uno murió y diez se exiliaron. Otro salió al cumplir su sentencia. Zapata no era parte de este grupo. Las familiares pidieron que la Cruz Roja Internacional visite las prisiones cubanas.

Las directivas de la UNEAC y la AHS replicaron a la declaración del PE y a un texto que empezó a circular en Europa para recabar firmas (Yo acuso al gobierno cubano).