En un país sísmico y ubicado entre dos mares, como México, los servicios Sismológico y Mareográfico nacionales son fundamentales; sin embargo, funcionan con bajos presupuestos debido al escaso apoyo gubernamental. Este año el primero contará con 15 millones de pesos, en tanto el segundo trabajará con alrededor de 500 mil pesos.

Las autoridades no comprenden su utilidad, aseguró Francisco Valdés Galicia, director del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entidad encargada de ambos servicios.

Por ello, un grupo de investigadores y colaboradores de ambos sistemas presentó un proyecto hace un par de semanas a la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados para crear una red sísmica nacional que pueda determinar magnitudes e impactos de temblores y alertas sobre posibles tsunamis. Planteamiento que hace seis meses se hizo a la Secretaría de Gobernación y aún no es respondido.

La propuesta asienta que para renovar, construir y actualizar instalaciones y equipos de las 60 estaciones del Servicio Sismológico Nacional (SSN) y las 13 del Mareográfico es necesario un presupuesto para los próximos cinco años de 180 millones de pesos en el primero y 10 millones en el segundo. Por ello que los académicos exhortaron a los legisladores a aprobar este presupuesto etiquetado para los dos servicios.

En entrevista, Valdés informó que de los 15 millones con los que trabajará el SSN en 2010, 9 millones fueron asignados del presupuesto federal y el resto los aportará la UNAM de sus recursos. Agregó que esos 15 millones no alcanzan a cubrir el salario de los más de 20 especialistas que trabajan en el Sismológico. Los recursos para ese fin los aporta también la máxima casa de estudios.

En el caso del Mareográfico, fundado en 1952, desde hace varios años funciona con recursos que no rebasan el millón de pesos. Carece de presupuesto federal directo y tiene que ser mantenido en su totalidad –infraestructura, equipo y salarios– del presupuesto etiquetado para investigación de la UNAM.

Tenemos dos servicios que se llaman nacionales; son encargos de la nación que se han depositado en la universidad. Por supuesto que la institución acepta con gusto el reto, pero ambos merecen el financiamiento correspondiente.

Un proyecto de red sísmica

De aprobarse la propuesta de los investigadores, resaltó Valdés, los recursos destinados al SSN se usarían para instalar al menos una estación sismológica en cada ciudad que tenga más de 300 mil habitantes. Se reforzaría la zona del Pacífico, en la que debemos tener más cuidado porque es la región más sísmica del país, y se renovarían las actuales 60 estaciones con las que cuenta el servicio para hacer transmisiones vía satélite, pues algunas aún lo hacen por vía telefónica.

De los 10 millones solicitados para el Mareográfico, 8 se usarían para renovar el equipo y trabajar en tiempo real; mientras el resto se invertiría para crear nuevas plazas, pues su personal no rebasa cinco personas.

“Nos ha sido difícil permear en las esferas (políticas), no comprenden la utilidad de estos servicios. Si bien es cierto que el Sismológico se encuentra en situación razonable, (con mayor inversión) tendríamos mejores registros e información de presentarse un temblor de gran magnitud en México, que en algún momento se dará, aunque no sabemos cuándo. Con un SSN moderno tendremos más herramientas para prevenir, mejores reglamentos construcción y educar mejor a la población para que sepa reaccionar en caso de terremotos o tsunamis.

El Mareográfico tiene incidencia en cuestiones climáticas; mide el nivel del mar, que es fundamental, porque cualquier modificación en sus niveles es uno de los parámetros importantes para estimar la magnitud del cambio climático. Además mediríamos mejor la presión y la temperatura de toda la costa mexicana.

Ante esto, Valdés Galicia exhortó a los legisladores a aprobar mayores presupuestos para ambos sistemas.