El gobierno insiste en brindar programas asistencialistas a las mujeres, denuncian
Lunes 15 de marzo de 2010, p. 15
A consecuencia de las políticas gubernamentales neoliberales que favorecen la importación de alimentos en lugar de su producción, y de la crisis alimentaria, las mujeres que habitan en zonas rurales y tienen bajos ingresos se han visto seriamente afectadas, señala un estudio realizado por la Red Nacional de Promotoras y Asesoras Rurales (Redpar) y Oxfam México en 11 entidades del país.
Durante la presentación del libro que compila los resultados de dicho análisis, denominado El impacto de la crisis alimentaria en las mujeres rurales de bajos ingresos en México, expertos en el tema criticaron que ante la carestía de los productos básicos el gobierno federal haya elevado los montos de programas sociales para que los campesinos compren insumos, en lugar de generar esquemas que incentiven la producción.
Asimismo criticaron la puesta en marcha de programas asistencialistas
para las mujeres y productivos
para los hombres.
Precisaron que incluso las mismas entrevistadas identifican a Oportunidades como un esquema diseñado para las mujeres y el Procampo para los hombres, es decir, asistencialismo para las mujeres y programa productivo para los hombres
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Gisela Espinoza, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco; Rosario Ortiz, socióloga; Dolores Rojas, de Oxfam; Gloria Carmona, de Redpar; Blanca Rubio, del Instituto de Investigaciones Sociales, y Armando Bartra, coordinador de La Jornada del Campo, coincidieron en que la crisis alimentaria ahondó la crítica situación de este sector.
De acuerdo con el estudio, efectuado en Sonora, Guanajuato, Michoacán, estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla, Distrito Federal, Chiapas, Tabasco y Oaxaca, en los pasados dos años, por efecto de la crisis alimentaria y la migración, los problemas de productividad en el campo se han profundizado con implicaciones sensibles para las mujeres del agro, que van desde el incremento de sus horas de trabajo, su responsabilidad sobre el sustento de la familia, hasta afectaciones en temas de salud y alimentación
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Blanca Rubio explicó que tras 20 años de estabilidad en los precios de granos básicos, en 2008 la crisis alimentaria elevó su costo más de 60 por ciento, lo que generó una problemática, pues, a raíz de las políticas de libre comercio, 70 por ciento de las naciones son dependientes de las importaciones, lo que desató un pánico mundial
que se tradujo también en que los países productores limitaran sus ventas para guardar insumos ante una posible escasez.
La experta criticó que en medio de esta situación los alimentos hayan sido utilizados como bienes de especulación
y apuntó que en ese entorno las mujeres rurales fueron afectadas dado su rol de administradoras de los alimentos
Espinoza remarcó que las mujeres del campo están estrechamente ligadas a los alimentos, no sólo como administradoras de ellos, sino también como elaboradoras y reproductoras de una cultura alimentaria y resaltó que ante la migración de los hombres tanto a Estados Unidos como a otras entidades del país, las mujeres asumen cada vez más las tareas de producción.