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Indignación del presidente Obama
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 15 de marzo de 2010, p. 3

Nueva York, 14 de marzo. La violencia en Ciudad Juárez golpeó hoy a Washington. El presidente Barack Obama expresó indignación y su pésame por la noticia de que tres personas vinculadas con el consulado de Estados Unidos fueron asesinadas en la ciudad fronteriza, mientras su gobierno autorizó que familiares de empleados consulares estadunidenses abandonaran seis ciudades en el norte de México.

Una ciudadana estadunidense, integrante del equipo diplomático en el consulado de ese país; su esposo, de la misma nacionalidad, y el cónyuge de una empleada mexicana en esa sede diplomática fueron acribillados en dos incidentes separados, a minutos uno del otro, la tarde del pasado sábado en Juárez, según informaron fuentes oficiales estadunidenses a medios aquí.

El presidente Obama está profundamente entristecido e indignado por los sucesos. Según el comunicado de Mike Hammer, vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el presidente extiende sus condolencias a las familias y condena estos ataques contra el personal consular y diplomático que trabaja en nuestras misiones en el extranjero. Enfatiza que, “en concierto con las autoridades mexicanas, trabajaremos incansablemente para llevar a los asesinos ante la justicia.

El presidente comparte la ira del pueblo mexicano por los asesinatos de miles en Juárez y otras partes de México, agrega el comunicado. Continuaremos trabajando con el presidente Felipe Calderón y su gobierno para romper el poder de las organizaciones de narcotráfico que operan en México y frecuentemente atacan y matan inocentes.

A la vez, el Departamento de Estado autorizó a su personal en seis de sus consulados a lo largo de la frontera con México a enviar a sus familiares fuera de esa zona por preocupaciones sobre seguridad, al elevarse la violencia relacionada con el narcotráfico. Las familias podrán salir de Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros.

Según el Departamento de Estado, esta decisión no se tomó sólo por los sucesos del sábado en Juárez, sino por el clima de inseguridad creciente en la frontera con México.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, emitió un comunicado en que declaró que su dependencia está de luto y que la seguridad de nuestro personal y sus familias en México y puestos alrededor del mundo es nuestra prioridad más alta. Informó que había hablado con el embajador estadunidense en México, Carlos Pascual, y afirmó que los gobiernos de ambas naciones están haciendo todo lo necesario para proteger a nuestra gente y asegurar que los perpetradores de estos actos horrendos sean llevados a la justicia.

La secretaria Clinton agregó que estos atentados pasmosos sobre miembros de nuestra propia familia del Departamento de Estado son, tristemente, parte de una creciente tragedia que afecta a muchas comunidades en México.

La funcionaria reiteró que estos incidentes reafirman la necesidad de continuar apoyando los esfuerzos antinarcóticos del presidente Calderón.

El Departamento de Estado actualizó su alerta para viajar a México, al sostener que si bien millones de estadunidenses se trasladan al país vecino cada año de manera segura, la violencia en esa nación se ha incrementado, por lo que “es imperativo que los estadunidenses entiendan los riesgos. Los cárteles de la droga y criminales asociados han realizado represalias violentas contra individuos que se expresan contra ellos o quienes perciben como amenaza a sus organizaciones. Estos ataques incluyen los asesinatos de dos ciudadanos estadunidenses residentes en Chihuahua”.

El boletín recuerda que el Departamento de Estado y su embajada en México habían alertado desde antes a ciudadanos de Estados Unidos de evitar viajes a algunas zonas de Chihuahua, Durango y Coahuila.

En tanto, las autoridades de ambos países ofrecían pocos detalles, surgieron diversas versiones de los acontecimientos. Según reportó la agencia Ap, la empleada estadunidense del consulado era Lesley A. Enríquez, de 35 años de edad, y su esposo Arthur Redelf, de 34, ambos identificados por el padrastro del segundo. Redelf era oficial empleado en la cárcel del condado de El Paso.

El periódico The New York Times reportó que el primer ataque ocurrió a las 14:32 del sábado, en el cual el mexicano Jorge Alberto Salcido Ceniceros, de 37 años de edad, esposo de una empleada del consulado, fue encontrado muerto en su auto Honda modelo Pilot, con varias heridas de bala; en el asiento trasero viajaban dos menores, uno de cuatro y otro de siete años de edad, que resultaron heridos.

Diez minutos más tarde se registró una llamada reportando que en un Toyota RAV4, con placas de Texas, había dos adultos muertos a balazos y una bebé llorando en el asiento trasero.

Según Roberta Jacobson, subsecretaria asistente de Estado, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) está enviando agentes a Juárez para ayudar con la investigación, mientras diplomáticos estadunidenses estaban en camino para saber de estos incidentes, reportó esta noche el Times.

La agencia Ap y el diario Houston Chronicle dijeron que un vocero del procurador de Chihuahua informó que la pareja fue asesinada en su automóvil cerca del puente internacional Santa Fe y que su hija, de aproximadamente un año de edad, resultó ilesa.

Oficiales citados por el Times señalaron que antes de ser atacadas las tres víctimas habían estado en una reunión en la casa de otro empleado del consulado.

El gobierno estadunidense aún no ofrece más detalles ni ha identificado a las víctimas.