Huelga, confrontación y auditorías ensombrecen al Colegio de Postgraduados
- El director Félix González, reacio a asumir compromisos
- Oportuno incendio destruye pruebas de corrupción
Lourdes Edith Rudiño
Por cuarto año consecutivo los académicos del Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas (Colpos) estallaron en huelga con la exigencia de que se avance en la homologación salarial que desde 2001 tienen prometida para alcanzar los niveles de sus pares del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Politécnico Nacional (Cinvestav). Esta homologación ha dado pasos muy lentamente en medio de confrontaciones con la dirección del Colegio y de paros laborales.
Desde el 19 de febrero pasado inició la huelga este año. En 2007, recordemos, duró un minuto, en 2008 fueron 14 días y en 2009 sumó tortuosos 97 días.
En ese 2009 el paro se levantó el 22 de mayo luego de que los académicos hicieron plantones ante la Secretaría de Agricultura, hubo algunos en huelga de hambre y otros rapados, e intervinieron las cámaras de Diputados y de Senadores. Y el compromiso alcanzado entonces entre las autoridades del Colpos y el Sindicado Independiente de Académicos del Colegio de Postgraduados (SIACOP) fue que se aplicarían 24.3 millones de pesos para la mencionada homologación, de los cuales 17.3 millones se entregarían directamente al salario tabular. Los restantes siete millones se asignarían con criterios de productividad académica individual, mismos que se especificarían en una mesa de trabajo que debía establecerse en los días siguientes al acuerdo, pero que en los hechos nunca se concretó debido a malabares y mano negra del director del Colpos, Félix González Cossío.
Este 2010 nuevamente Félix González busca socavar el avance de la homologación salarial, imponiendo la intención de elevar de nueve categorías salariales de los académicos a 22, lo cual es interpretado por el secretario general del SIACOP, Lenin Guajardo, como “la búsqueda de una reforma educativa” que pretende contratar profesores por cátedra o por hora y crear puestos de investigadores extensionistas y con ello enfatizar la importancia de la investigación y prestación de servicios a empresas privadas, que es lo que genera recursos monetarios al Colegio, en detrimento de las labores académicas y de investigación básica, por ejemplo los trabajos que se hacen para mejorar las variedades de maíz, y en detrimento de los recursos humanos altamente capacitados del Colegio, que son profesores de tiempo completo en su mayoría.
FOTO: Juan Carlos Velázquez /InfoChapingo |
Félix González y sus colaboradores cercanos arguyen –sin presentar pruebas– que la Secretaría de Hacienda condiciona la aplicación de recursos presupuestarios para avanzar en la homologación (están previstos para 2010 por lo menos 24.3 millones de pesos) e insiste en que ésta debe realizarse con base en los criterios de productividad académica individual que apruebe Hacienda, pero no revela al SIACOP los detalles de tales criterios.
“Quieren que les firmemos un cheque en blanco”, se quejan los profesores y sienten temor de que –tal como lo han visto en un borrador de trabajo de las autoridades del Colegio– puedan bajar a algunos académicos de categoría, en particular a aquellos que se dedican a la investigación básica, no a los trabajos en asociación con empresas privadas que son los que representan ingresos monetarios al Colpos. “Los cuates” de la dirección del Colpos serían los que se situarían en las categorías de mayor sueldo. Y todo esto, en el marco de desmantelamiento del aparato público que sirve al agro mexicano, proceso iniciado desde los años 80s.
Cabe decir que el compromiso de la homologación salarial se justifica porque desde 2001 el Colpos fue declarado centro público de investigación (CPI) y por tanto sus salarios deben ser equivalentes a los del CPI con mejores salarios, que es el Cinvestav.
En su número 19, del 17 de abril de 2009, La Jornada del Campo dio cuenta de la huelga de 2009 y también de la situación que vive el Colegio, el cual –refrendan hoy los académicos– “está secuestrado” por un pequeño grupo de unos 20 profesores y académicos, llamados el dream team, protegidos de la dirección del Colegio, quienes han hecho negocios oscuros con un fideicomiso del Colegio. En particular un profesor Enrique Mejía Sáenz, el cual está vinculado con amigos y familiares miembros de varias empresas como Manejo Integral de Cuencas, SACV (MICA), Centro Mexicano de Investigaciones Hidroagrícolas y Telycom (esta última originalmente era un expendio de papelería y bajo diversas razones sociales ha ofrecido servicios científicos y técnicos al Colpos con valores millonarios). Gran parte de los negocios sucios salieron a la luz en 2009 gracias a una investigación que académicos del SIACOP hicieron con base en documentos obtenidos vía el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI).
El año pasado la Cámara de Diputados pidió a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que realizara una auditoría integral al Colpos. Ésta ya se hizo, y los resultados aparecen en la página web de la ASF desde hace unas semanas.
La auditoría no fue exhaustiva porque, por una extraña casualidad, luego de que las autoridades fueron avisadas de que serían sometidas a este proceso, el sábado 18 de julio del año pasado ocurrió un incendio en la Unidad de Congresos del Colpos y allí se quemaron, se perdieron, muchísimos documentos que eran evidencia de la corrupción.
De cualquier manera, la auditoría revela cosas tales como un manejo discrecional del dinero. Por ejemplo, dice que las cuentas bancarias del Colpos recibieron depósitos por 19 millones 769 mil 300 pesos por concepto de recursos propios del Colegio en 2008 y sin embargo sólo se reportaron 10 millones 439 mil 800 en la Cuenta Pública 2008.
También destaca la revisión de varios contratos de adquisición con muchas inconsistencias . Es el caso de un contrato del 31 de diciembre de 2008 para la compra de 22 bienes de equipos de telefonía, cámaras digitales, topográficas y de video, grabadoras digitales, televisores y otros, por 331.7 millones de pesos. Las inspección física de la auditoría pudo ubicar sólo tres de esos bienes, debido a que esa compra no fue inventariada. Asimismo, en las compras hechas mediante varios contratos se observa que el Colpos no cuenta con los resguardos correspondientes a los equipos.
Una de las acciones promovidas por la ASF es la petición al órgano interno de control del Colpos a que investigue y en su caso finque responsabilidades sancionatorias a servidores públicos que no presentaron comprobantes de pago de varios millones de pesos en diversos contratos de adquisición.
El Colpos, sectorizado en la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), cumple este año 51 años de vida, y los académicos señalan que nunca antes había habido una situación tan difícil, nunca se había observado antes una confrontación de tal grado con la dirección. Se preguntan, ¿por qué permanece Félix González?, a pesar de que ya la Sagarpa ha tomado decisiones recientes de destituir a funcionarios tales como los ex directores de Procampo y de Apoyos y Servicios a la Comercialización (ASERCA), destituciones (o supuestas renuncias) ocurridas en medio de escándalos mediáticos de mal uso de los subsidios públicos.
Félix González pretende reelegirse este año al frente del Colpos. Pero preocupan declaraciones que ha hecho, donde revela la manera como cumple sus compromisos. En una carta que el SIACOP le envió a González el 21 de febrero pasado le reproducen la versión oficial de una declaración que él hizo el 28 marzo de 2007 en una reunión extraordinaria de la junta directiva del Colpos.
En esa reunión Félix González dijo: “El principio de equidad creo que no está bien utilizado y discrepo con el Sindicato. Reconozco que tenemos personal que no sólo se equipara a Cinvestav, supera las cifras. A esas personas, a esa gente productiva, démosle estímulos, se lo han ganado. Difícilmente alguien justificaría, que en aras de esa equidad, solo porque soy CPI y otros CPIs lo tienen, o porque dice el artículo tal de la Constitución Mexicana, se tiene que dar un mejor salario”.
El SIACOP se pregunta: “¿qué podemos esperar de un funcionario que no respeta lo que establece la Carta Magna de México?”
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