Organizaciones defensoras del derecho a la educación afirmaron que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha sido un factor crítico para que la calidad de la enseñanza en México no mejore, y demandaron al gremio, dirigido por Elba Esther Gordillo, que se deslinde del diseño e implementación de políticas públicas, pues ese rubro corresponde al Estado.

En conferencia de prensa en la que dieron a conocer un informe sobre el derecho a la enseñanza, Nayeli Navarro, del Observatorio de la Educación, y Gloria Ramírez, de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la UNAM, coincidieron en que la educación no debe ser moneda de cambio que involucre los intereses políticos de sus cúpulas e instaron al sindicato a dedicarse a lo que le es propio y no a intervenir en políticas públicas del sector.

El verdadero problema es que la educación está secuestrada por grupos de poder, precisó Navarro. Ramírez agregó: “en nuestro país ni en los peores tiempos del charrismo sindical se había tomado el poder como lo ha hecho el SNTE, que además cuenta con un partido político. Sostenemos que la política educativa se ha supeditado al SNTE, convirtiendo la educación en moneda de intercambio de favores políticos, en detrimento del derecho del pueblo mexicano a la educación”.

En dicho informe, presentado con motivo de la reciente visita a México del relator especial sobre el Derecho a la Educación de las Naciones Unidas, Vernor Muñoz Villalobos, las agrupaciones –en conjunto con el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, representado por Ana Luisa Nerio Monroy– demandaron al SNTE garantizar la democratización, quedando fuera tanto de la designación de plazas como de los lineamientos del sistema educativo.

Ramírez dijo que el SNTE se ha ido vinculando al diseño de políticas públicas y esta es una situación anómala, porque el responsable de esto es el Estado, el cual tiene la obligación de que si existen obstáculos debe quitarlos.

Apuntó que el SNTE debe retomar su papel, porque no se pueden supeditar las políticas públicas a una organización sindical ni a un partido político, porque ahora este sindicato es un partido.

No obstante la crítica, la experta precisó que no hay sólo una causa, sino son múltiples las que están dañando al sector, pero finalmente el responsable de que el sistema educativo esté mal es el Estado, y es el que ha permitido la inclusión de otros actores en la vida política y educativa del país.

Las ponentes coincidieron en que son diversos los focos rojos en la educación, entre ellos, desigualdad de género, niños indígenas, educación sexual y reproductiva, alimentación y el SNTE, y apuntaron que la petición expresa al gobierno es que asuma su obligación de brindar enseñanza de calidad a todos.

Las ponentes descartaron que la presencia de Fernando González, yerno de Gordillo, como subsecretario de Educación Básica, sea un elemento que perjudique ese cambio que propusieron.

Su presencia es irrelevante en términos personales, lo que tiene que haber es una política educativa que emerja desde el Estado; que haya continuidad en los esfuerzos, que se tomen en cuenta más allá de negociaciones de grupos de poder, porque la educación debe estar al servicio de la comunidad, asumida como obligación del Estado, esto implica que el sindicato atienda sólo los problemas que le son propios, y no la elaboración de políticas, puntualizó Navarro.