amañito así. Como para tragedia griega puesta en un circo de pulgas. O recordar al inolvidable Monterroso: Los enanos tienen un sexto sentido que les permite reconocerse a primera vista. Pero las mentiras sin ton ni son, la desfachatez de negar, volver a negar que existiera un acuerdo firmado por el PAN y el PRI: ambos se abstendrán de formar coaliciones con otros partidos políticos cuya ideología y principios sean contrarios a los establecidos en sus respectivas declaraciones de principios, envilecen el quehacer político y muestran y exhiben un desprecio por el valor de la palabra.

César Nava miente con la soberbia de quien se asume defensor de la verdad única, del bien común transformado en patrimonial. Y miente mal. Cuando le preguntaron sobre el acuerdo suscrito con el PRI, respondió: No lo hubo y no lo hay. Cuando se hizo público el documento, don César dijo que no mintió al negar que existiera, sino que hizo las afirmaciones necesarias para que lo confidencial quede en el ámbito de lo privado. Tal cual. No dejó espacio para aliviar la penitencia de Fernando Gómez Mont. Si acaso una rendija para repetir las preguntas que siguieron al escándalo Watergate: ¿Qué sabía y cuándo lo supo el presidente?

A Richard Nixon se referían. Al que renunció y dejó la Casa Blanca en helicóptero, camino al basurero de la historia. Felipe Calderón lo supo todo o tiene que abordar su helicóptero para dejar Los Pinos. Fernando Gómez Mont asegura que don César le informó hasta enero de este año que en virtud de que el PRI había incumplido los acuerdos, el PAN procedería a comprometerse en alianzas electorales con el PRD, el PT y Convergencia. ¡Tres meses después de haber firmado el acuerdo le informó a su jefe, el presidente Calderón! Se oponía a las coaliciones. Y hoy asegura que su jefe lo instruyó para que se reuniera con el CEN del PAN para persuadirlo de lo negativo de tales alianzas.

Inocuo era el papelito firmado por César Nava, en representación del PAN, y por Beatriz Paredes, del PRI; con Fernando Gómez Mont como testigo de honor, y el secretario de gobierno del estado de México. Pero el abogado Gómez Mont renunció al PAN. Y guarda bajo siete llaves la confidencialidad que conlleva ser designado libremente y poder ser removido libremente por el titular del Poder Ejecutivo. El costo para la República se tasa en desprestigio, en la penosa exhibición del envilecimiento de los que hacen política. No de la política, así como no es tonta la democracia, señor secretario de Educación, sino quienes se hacen pasar por demócratas, quienes padecen de infantilismo democrático.

Las mentiras de César Nava ofenden a la razón, exhiben un acentuado desprecio a la inteligencia del pueblo. Son una burla o prueba de que don César cree que los mexicanos somos, todos, tontos de capirote. Y cómo entender la tozuda actitud caballeresca, de abogado defensor, asumida por el secretario de Gobernación, quien ejerció sus facultades de ley al conciliar un acuerdo entre partidos políticos; pero por escrito, reducido al ámbito de la entidad más poblada, la de mayor cantidad de votantes registrados.

Y ahí espantan. No porque favoreciera presuntamente los intereses de Enrique Peña Nieto, precandidato presidencial del momento, sino porque al hacerlo por escrito exhiben desprecio por el valor de la palabra. Y la desconfianza recíproca. Cito a Gabriel Valencia (Milenio, sábado 6 de marzo de 2010): ... es inverosímil que el presidente del partido en el gobierno y su secretario de Gobernación hayan convenido eso; uno en su condición de parte y el otro, en el papel de testigo, teniendo como testigo del otro contrayente a un secretario general de Gobierno. Ni siquiera su jefe. Un representante. Sólo faltó que les mandara una carta poder.

El unto de la expectativa. O el peso abrumador de los augurios, del recuento de opiniones y la atenta observación del vuelo de las aves. De las encuestas, juego de abalorios a falta de partidos y líderes políticos con objetivos. Espejito, espejito... Acudo a Mitofski: el PRI, sin designar candidatos, obtendría hoy 37 por ciento de los votos; el PAN 16 y el PRD 11. Si se pregunta por quién votarían, Enrique Peña alcanza 25 por ciento; Andrés Manuel López Obrador 7, Fidel Herrera 4 y Marcelo Ebrard 3. Este año hay elecciones para gobernador en 12 estados. Las cuentas dicen que el PRI va a ganar todas, que vencería al PAN y al PRD, aliados o no.

Manuel Camacho defiende a capa y espada las coaliciones con el PAN. Jesús Ortega divaga, mientras Carlos Navarrete, presidente del Senado, le exige al secretario de Gobernación que aclare a la opinión pública si decidió incorporarse al equipo de Carlos Salinas de Gortari como promotor de la candidatura de Peña Nieto. En la bancada del PRD anuncian que presentarán solicitudes de desafuero contra los diputados Beatriz Paredes y César Nava. El sonido y la furia: no saben contar o no saben cuántos votos se necesitan para desaforar a un diputado. En Oaxaca, Ulises Ruiz sonríe. En Hidalgo le mueven el piso a doña Xóchitl Gálvez y se desdibuja la gran coalición. En la sierra Tarahumara, Andrés Manuel López Obrador sentencia: el PRD debe dejar la alianza con el PAN.

El documento del pacto diabólico no contiene una palabra sobre la aprobación del paquete económico: ...tiene que ver con qué tipo de relación querían tener el gobierno y el partido en el gobierno con el partido que le estaba dando gobernabilidad en un conjunto de asuntos, declaró Beatriz Paredes. Precisaría el 4 de marzo en Zapopan: No vemos ni claridad de rumbo ni experiencia de gobierno. Es la ineficacia lo que ha propiciado que tengamos los peores registros económicos, el gobierno reacciona con tardanza, éste es el resultado de nueve años de gobierno panista sin rumbo y sin experiencia, es la era de la confusión.

Manlio Fabio Beltrones firma un comunicado de los 33 senadores del PRI. Las declaraciones de César Nava contienen cuando menos dos mentiras: La primera es que el grupo parlamentario del PRI incumplió un acuerdo... Queremos dejar en claro que ningún integrante de nuestro grupo parlamentario conoció, se comprometió o signó acuerdo alguno. La segunda es que el Presidente de la República y jefe del señor Nava no estaba enterado de la existencia de un acuerdo que firmó el presidente del Partido Acción Nacional y su secretario de Gobernación. Es una ingenuidad que nadie en sus cinco sentidos podría atender. Conclusión: lo único que prueba es que el actual gobierno federal y su partido, además de mediocres, son mentirosos.

Envilecido el lenguaje político, nos asomamos al abismo. La Suprema Corte de Justicia de la Nación dio a conocer el informe de la investigación sobre el incendio y muerte de los niños en la bodega habilitada como guardería infantil, subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social, en Hermosillo. Quedó probada la hipótesis de que en el otorgamiento de los contratos de operación y vigilancia o supervisión de las guarderías existe un desorden generalizado. Y señala presuntos responsables de la contumaz violación de garantías individuales: Juan Francisco Molinar Horcasitas, entonces director del Instituto Mexicano del Seguro Social, y Eduardo Bours, entonces gobernador de Sonora.

Cuarenta y nueve niños mueren quemados en una bodega, en una trampa mortal. Por menos que esto han caído gobiernos en otras latitudes, dije entonces. Lo de la Corte no es vinculante. El gobierno no ha caído. Se desmorona lentamente.