Angangueo, Mich., 6 de marzo. A cuatro semanas del desastre provocado por las lluvias, los damnificados están desesperados pues los gobiernos federal y estatal no han cumplido las promesas de que habrían 3 mil empleos temporales por tres meses y sólo les dieron 700 por dos semanas.

Han llevado ayuda a Haití y Chile, y a nosotros nos discriminaron, por eso es que ahora somos los olvidados del diluvio, dijo un vecino del barrio del Sauz, donde 18 personas quedaron bajo el lodo.

Se quejan que aún les cobran la luz y el teléfono, pero no hay servicios y el pueblo entero vive en condiciones insalubres. En síntesis hay parálisis, pues las cadenas productivas se rompieron. Dicen que si en breve no hay respuesta irán a Morelia a reclamar, y de no ser escuchados se trasladarán a la ciudad de México.

En la plaza pública de Angangueo, que varios días quedó cubierta por lodo y escombros, se aglutinan decenas de personas a la espera de que llegue la ayuda. Otros suben y bajan de los barrios de San Pedro, Catingón y El Sauz, para vigilar sus pertenencias en las viviendas que siguen en pie; algunos observan las oquedades donde alguna vez estuvieron sus hogares.

Carlos Mandujano, director de Protección Civil, informó que ya sólo quedan nueve albergues; de los 4 mil damnificados que había el 5 de febrero, aún hay más de mil. En el refugio Áporo, ubicado a unos 10 kilómetros de Angangueo, permanecen más de cien personas cuando hace tres semanas había 450. El coordinador del refugio, Adrián García, dijo que varias familias fueron a rentar alguna vivienda, otros se han ido de la región en busca de empleo.

A unos ocho kilómetros de la cabecera municipal, la Secretaría de Marina instaló un campamento para albergar a mil 500 personas. Cuenta con seis naves que se sostienen con aire comprimido, a través de una estructura neumática; una veintena de letrinas y la cocina. El capitán Rafael Adolfo Suárez dijo que la idea es cerrar los nueve albergues distribuidos en la región y concentrar a todos porque significa ahorro y facilita la operación. Esperamos el traslado antes del 8 de marzo.

El retiro de escombros y limpieza continúan en menor escala. Casi todos los soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional se han ido. No obstante que hay baches y tramos carreteros destruidos, ya se puede llegar por automóvil de Angangueo a San José del Rincón, estado de México, localizado a 12 kilómetros rumbo a la parte alta de la sierra.

La policía municipal de San José del Rincón informó que las aproximadamente 500 personas refugiadas en la iglesia y una bodega se regresaron a Angangueo hace más de una semana.

La señora Juana Hernández comentó que el día del desbordamiento del río decidieron caminar hacia la parte alta rumbo a San José, pues ya no había paso hacia Angangueo, la carretera estaba destrozada e inundada.

José Carmen Hurtado, quien encabeza a los habitantes de los barrios afectados, criticó que cuando Felipe Calderón y el gobernador Leonel Godoy se presentaron en Angangueo los días siguientes al desastre, había caravanas de salud y gran movilización de maquinaria; ya que se iban, dejaban trabajando algunos camiones, pero los demás también se retiraban.

Afirmó que en este pueblo de unos 12 mil habitantes sólo se han presentado algunas personas para levantar censos sobre los daños en las casas, las pérdidas de enseres; pero no sabemos de los estudios geológicos pues tenemos cuatro cerros cuarteados, y sobre de ellos más de 300 casas.

Dijo que autoridades locales les han dicho que pueden regresar a sus casas, pero se encuentran totalmente insalubres, sin servicios, y en zona de riesgo, por eso nos urge saber si son habitables nuestras casas, pero lo más importante es la reactivación económica, nos urgen empleos y acciones inmediatas, enfatizó José Carmen.

En la parte alta de la cabecera municipal, donde hace décadas fue una próspera mina de plata, baja la carretera del Llano de las Papas siguiendo el curso del río, al margen del cauce la gente construyó sus viviendas y formó las colonias de Dolores, Catingón y El Sauz, que fueron arrasadas por el desbordamiento del río Angangueo, después de las intensas lluvias que iniciaron el 2 de febrero y concluyeron tres días después.

El saldo fue de 34 muertos y miles de damnificados en los municipios de Zitácuaro, Tuxpan, Hidalgo, Jungapeo, Tuzantla Tiquicheo y Ocampo.

Más de cien deslaves

Homero Gómez Hernández, uno de los principales líderes del ejido El Rosario, municipio de Ocampo, comentó que el desbordamiento del río destruyó total o parcialmente 80 viviendas, se perdieron 50 toneladas de trucha arco iris al destruirse 85 estanques.

Sostuvo que cinco días antes del desbordamiento de los ríos y el deslave de algunos cerros, en la parte alta del ejido El Rosario y del propio Angangueo, el viento derribó 4 mil árboles, de éstos más de mil bloquearon los arroyos, lo que provocó los desbordamientos y cerca de cien deslaves.

Urge un programa integral de restauración forestal y un plan de manejo de cuencas, pues se trata de una bomba de tiempo, porque las pendientes son muy pronunciadas, dijo Gómez Hernández, tras sostener que en esa región del oriente de Michoacán se produce parte del el agua que se consume en el Distrito Federal y estado de México a través del sistema Cutzamala, por lo que estos gobiernos pagan 5 mil millones de pesos, pero acá no llega un solo peso.

El director de Registro y Control del Fondo Nacional de Desastres, Jorge Corti Velázquez, y el secretario de gobierno estatal, Fidel Calderón Torreblanca, informaron que tras un estudio exhaustivo se pudo concluir que las pérdidas por el temporal fueron de 421 millones de pesos.

Dijeron que se destinarán 353 millones de pesos para financiar las construcciones o reparaciones de 489 viviendas en Angangueo, 73 en Ocampo, 39 en Tiquicheo, 90 en Tuzantla y 85 en Tuxpan. Además, serán reubicadas 427 viviendas en Angangueo y 122 en Tuxpan.

Los 68 millones restantes se utilizarán para costear las pérdidas en infraestructura urbana, hidráulica, carretera, educativa y de salud.