Frente a las nuevas denuncias de pederastia contra Marcial Maciel, líder fundador de la Legión de Cristo, la formación en valores y la calidad moral de las instituciones educativas creadas por la congregación no sólo queda en entredicho, también se incurre en un proceso educativo pernicioso al intenta acallar la verdad, pues no se quiere reconocer que un miembro importante de la comunidad cometió delitos graves, afirmaron especialistas en el sistema educativo nacional.

Manuel Gil Antón, experto en sociología de la educación y catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), agregó que si algo caracteriza a las escuelas confesionales es su tendencia a la formación en valores cristianos, y no hay nada peor para la moral católica que el abuso a un inocente. Ante un caso tan grave, los legionarios deben hacer reconocimiento público de los hechos ante sus estudiantes, pues no basta con pedir perdón a las víctimas.

Explicó que nadie intenta afirmar que todos los legionarios son pederastas o que estos casos sólo ocurren en escuelas privadas, pero es necesario saber qué ocurrió y llevar ante la autoridad civil a todos los responsables. El silencio sólo enseña que ante el delito es mejor callar. Esto genera no sólo impunidad, sino una profunda contradicción, porque ocurre en instituciones que se dicen comprometidas con la verdad y la formación en valores de sus alumnos.

Con más de 150 colegios, 21 instituciones de estudios superiores, además de nueve universidades distribuidas en varios países, uno de ellos México, donde la congregación fundó la Universidad Anáhuac y aplica su modelo académico en más de 40 instituciones educativas, entre las que destacan los institutos Cumbres, Irlandés, Alpes y Oxford, advirtió que es precisamente la escuela donde no podemos enviar un mensaje de impunidad ante delitos tan graves.

Al respecto, Tatiana Coll, investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, especialista en educación, afirmó que un hecho tan brutal como la confesión de que los propios hijos de Maciel fueron abusados por el fundador de los Legionarios de Cristo debería cimbrar la estructura de todo el sistema educativo creado por la congregación y devastarla.

Sin embargo, alertó, prevalece el cinismo de la cúpula eclesial, pero también de una burguesía amoral que sabe lo que ocurre al interior de la congregación que controla el sistema educativo que ofrece a los hijos de las elites económicas del país no sólo un certificado que les garantice ser parte de la excelencia académica que demanda el modelo educativo neoliberal, también tener una formación moral que hoy puede ser cuestionada.

Es común que ante casos tan graves de denuncias de pederastia se intente acallar el hecho con un muro de silencio y tiempo después encapsular el caso para definirlo como un hecho aislado que no afecta la virtud moral de las instituciones que se fundaron a su amparo.

Enfrentamos, explicó, una enorme dosis de cinismo e impunidad que pretende dejar sin respuesta qué pasa cuando el fundador de una congregación que enarboló determinados valores, seguidos por las instituciones educativas que fundó, queda descubierto en actos claramente delictivos.