La UNAM le rinde homenaje por sus 91 años y 55 de docencia
Abundante, pero desorientado, el teatro del país: Carlos Solórzano
Se propuso una cátedra en la FFyL con el nombre del maestro
Sábado 6 de marzo de 2010, p. 4
En el actual panorama teatral en México hay abundancia (de propuestas escénicas), pero también desorientación
, reflexionó el maestro guatelmalteco-mexicano Carlos Solórzano, previo al homenaje que se le rindió este jueves por sus 91 años de edad y 55 de docencia, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de donde es Profesor Emérito.
Para el director de escena y dramaturgo, traductor y docente, investigador, promotor del teatro latinoamericano, crítico y funcionario; no hay una inquietud común. Ahora vemos de todo en la cartelera, lo cual está muy bien, porque México es una gran capital y es importante que exista de todo, pero en cuanto al teatro mexicano no hay orientación. No es lo mismo decir teatro de México, que teatro mexicano
.
Como parte del homenaje, se anunció un ciclo de conferencias organizadas por el Colegio de Literatura Dramática y Teatro, el Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) y la Asociación Mexicana de Investigación Teatral (AMIT), orientadas a reflexionar sobre los modelos y experiencias de historiografía del teatro hispanoamericano.
Asimismo, se propuso la creación de una cátedra en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), de la UNAM, dedicada al teatro latinoamericano, que lleve el nombre del maestro homenajeado.
Carlos Solórzano radica en México desde los 19 años; aquí realizó estudios de arquitectura y un doctorado en letras, por eso me siento lo que soy: guatemalteco-mexicano
. Aunque hoy en día su vieja estructura
no le permite ir y venir como requiere el teatro, es considerado por sus colegas, investigadores y alumnos como uno de los forjadores y figuras de la historia teatral de México.
En su homenaje, Gloria Villegas, directora de la FFyL; Margo Glantz, profesora emérita de esa facultad; José Pedro Cantú, en representación del embajador de Guatemala en México; Alejandro Ortiz Bullé, presidente de la AMIT; Tibor Bak-Geler, coordinador del Colegio de Literatura Dramática, y Rodolfo Obregón, director del CITRU, ponderaron la trayectoria del maestro Solórzano, quien como coordinador ejecutivo, entre 1977 y 1982, dio nueva vida y vigor artístico, a uno de los proyectos más consistentes en la historia escénica en México: el Teatro de la Nación
, integrado por el circuito de recintos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Tras resaltar algunos aspectos biográficos, como que es biznieto de Justo Rufino Barrios, primer presidente liberal de Guatemala, y de recordar a la también guatemalteca y querida Alaíde Foppa, cuñada del homenajeado, la maestra Margo Glantz detalló el espíritu del teatro realizado por Carlos Solórzano.
En su obra destaca el tema de la libertad frente a la fe ciega que mueve a los creyentes conducidos por quienes, unidos a los tiranos, mantienen a sus parroquianos en la sujeción, mediante la cual logran la cosificación del hombre movido más por la superstición que por una verdadera fe
, apuntó la maestra Glantz.
“Solórzano lo sintetiza: ‘Por abulia, el hombre puede perder su libertad’. Una libertad que oscila entre el bien y el mal, pues ésta –la libertad– insiste Solórzano, es buena cuando quiere devolver el alma a quienes la han perdido. Malo es, concluye nuestro autor, lo que reprime y sojuzga a los humanos.”