Los avances en sus países no les han mejorado la educación, la economía ni la salud
Los avances políticos de esos pueblos han sido más palpables en la región andina: Karp
Jueves 4 de marzo de 2010, p. 28
Miami, 3 de marzo. Los pueblos indígenas de América Latina han logrado avances en sus países durante la última década, pero ello no se ha expresado en mejoras económicas, educativas y de salud para esas comunidades, señalaron expertos.
La mayoría de los 34 millones de personas que representan 8 por ciento de los pueblos originarios de la región están en la línea de pobreza o pobreza extrema, revela el informe El estado de los pueblos indígenas de Naciones Unidas.
Esto crea una brecha que no permite a los pueblos indígenas emanciparse y lograr poderes, como en lo que debe ser una sociedad democrática
, dijo la antropóloga Eliane Karp, esposa del ex presidente peruano Alejandro Toledo.
La también profesora de estudios latinoamericanos de la Universidad George Washington afirmó que el reto para los gobiernos es ayudar a proporcionar la apertura y no discriminación para promover una mayor inclusión de los indígenas en la vida económica de los países.
Karp, quien participó aquí en el simposio Grupos indígenas en América Latina: cambios políticos, económicos y sociales, destacó que los avances políticos de los pueblos indígenas han sido más palpables en la región andina que en Centroamérica y México.
En la región andina hemos visto una presencia mucho más efectiva de los representantes de los pueblos indígenas en elecciones municipales de gobernadores, y particularmente a nivel del Congreso y (con) los dos presidentes indígenas (de Bolivia, Evo Morales, y Perú, Alejandro Toledo)
, subrayó.
Durante el simposio fueron presentadas cifras de Naciones Unidas (ONU), según las cuales existen 370 millones de indígenas que representan 5 por ciento de la población mundial y 15 por ciento de los pobres.
El director del programa México Nación Multicultural, de la UNAM, José del Val Blanco, coincidió en que hay dos décadas de avances en derechos humanos de los indígenas, pero eso no se expresa en beneficios económicos. Es un problema de democracia, es un problema de participación y de ética
, sostuvo el experto mexicano.
Apuntó que si bien los indígenas poseen 20 por ciento de los territorios naturales en la región, no participan en las negociaciones cuando las tierras son explotadas, por lo que sólo reciben un porcentaje, y no las utilidades que obtendrían como socios de las empresas.