Nadie le dice a Enrique Meza quién debe ser titular en Cruz Azul. El único consejo que acepta es el de los resultados en el equipo. Dijo lo anterior un día después de que el entrenador de porteros del Tricolor, Alberto Aguilar, declaró que si el portero Jesús Corona no regresa a la titularidad no será convocado.

Me parece muy propio, pero él (Aguilar) es preparador de arqueros de la selección... yo soy técnico de Cruz Azul y debo entregar resultados, advirtió sobre la ausencia de Corona en el cuadro titular, quien permanece en la banca desde hace cuatro partidos.

“Nadie presiona –abundó– para que tome una decisión al respecto” y esa responsabilidad no la comparte porque está obligado a entregar cuentas a la institución.

“Cuando Chuy reaparezca lo hará muy bien. Él está valorando lo que hizo y dejó de hacer. Insisto, yo soy el técnico de La Máquina. Esto está muy hablado, pero no lo traté con nadie que no fuera Jesús Corona”, sostuvo.

Precisó que los jugadores tienen libertad de hablar con el técnico, de consultarlo por las decisiones que toma en cada partido; pero si se quedan callados, eso significa que están de acuerdo.

Sin embargo, indicó que los futbolistas no suelen preguntar por qué juegan; sólo lo hacen cuando se quedan en la banca: Sólo ahí les viene la inquietud.

La posibilidad de que Corona regresé a la titularidad está muy cercana, dijo Meza, porque es un excelente portero, aunque destacó que el suplente Yosgart Gutiérrez también ha hecho un buen trabajo bajo el arco.

El Ojitos cumplió este miércoles 62 años y sus muchachos lo festejaron con un pastelazo. El estratega hizo un breve recuento de su carrera, de la que afirma estar satisfecho con lo obtenido, pero reconoció que aún le queda una asignatura pendiente, pues, después de algunos rodeos, aceptó que le agradaría volver a dirigir la selección mexicana.

No me quedó con una espinita, pero sí me gustaría, dijo, y entre las razones que expuso reiteró que la principal es que es mexicano, además de que fue muy feliz durante el tiempo que estuvo en el timón.

Cometí muchos errores en la selección, admite, pero ahora tiene confianza en que ha acumulado experiencia que le permitirían realizar un mejor papel.

Pese a los tragos amargos, dijo que nunca pensó en abandonar su carrera como técnico, porque soy muy terco, y durante sus etapas de desempleo aprovechó para aprender sobre el oficio.

Un descalabro, un despido es muy doloroso, pero mi entusiasmo nunca disminuye, aunque los resultados no sean muy buenos, pero el trabajo sí lo es, y eso me alimenta para seguir adelante, resumió.