Policías de San Luis Potosí que viajaban en cuatro patrullas dispersaron con armas largas una ceremonia de peregrinos wixaritari (huicholes), el lunes pasado, la que realizaban como parte de su tradición milenaria en el lugar sagrado de Wirikuta, paraje del ejido Las Margaritas, municipio de Real de Catorce, denunció asociación jaliscience de apoyo a indígenas.

Llegaron a las 17 horas y con prepotencia comenzaron a insultar y tratar como delincuentes a los wixaritari, quienes vieron interrumpida su ceremonia, se rompió el círculo sagrado y se faltó al respeto al abuelo fuego, agregó el grupo en un comunicado.

El hostigamiento continuó hasta las 20 horas. Los policías manipularon las ofrendas sagradas, los cuernos de venado, cruzaron una línea ceremonial que no debían. Al maraakame (cantor chamán) lo acusaron de meterse una grapa, señala la denuncia.

Los agentes contaron las cabezas de peyote que traían los indígenas, basados supuestamente en un acuerdo firmado por instituciones de gobierno, en el que se reglamenta la peregrinación a Wirikuta, lo cual es violatorio a las tradiciones y formas de operación de las comunidades, pues los peregrinos son comisionados de toda la comunidad y no de una familia o una persona.

Los policías amenazaron con regresar y lo cumplieron al día siguiente. A las 2 de la madrugada del martes, irrumpieron con cámaras de video y fotos, violaron la ceremonia, el canto del maraakame y la palabra de los antepasados.

Los policías dijeron que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sancionaría y detendría a los peregrinos; argumentaron que los peyotes habían sido cortados con todo y raíz, lo cual ha sido así al menos desde hace 3 mil años.

La Asociación Jaliscience de Apoyo a Grupos Indígenas calificó de inverosímil que la Profepa, órgano de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, hostigue a Tuapurie con pretextos ambientales y normas cuyo cumplimiento no es facultad de la policía estatal. Esto mientras se agudiza el saqueo del peyote en manos del narco y la agroindustria multinacional destruye zonas de biodiversidad.

El comunicado concluye: No hay que perder de vista que la comunidad wixárika de Tuapurie, desde febrero de 2008 resiste la imposición de la carretera Bolaños-Huejuquilla, detenida mediante fuertes movilizaciones, que han llevado a que la comunidad tenga procedimientos jurídicos interpuestos en materia ambiental, penal y agraria.