México tiene una gran riqueza sonora conservada en diferentes formatos: cintas, metal o acetato, según la tecnología de cada época, hasta las modernas técnicas que la mantendrán por siglos. ¿Cómo sonaba el país de nuestros abuelos o de nuestros padres? En Vamos a la Fonoteca con Eugenia León, la intérprete de El fandango aquí estará al frente de un proyecto generacional que mostrará algunos de los tesoros que la institución guarda para el futuro.

La cantante estará en las instalaciones de la Fonoteca Nacional, situada en Francisco Sosa 383, barrio de Santa Catarina, Coyoacán, a las 19 horas, en las siguientes fechas: 25 de marzo, 29 de abril, 27 de mayo, 24 de junio, 29 de julio, 19 de agosto, 30 de septiembre, 28 de octubre y 25 de noviembre.

La Fonoteca Nacional, mejor conocida como La casa de los sonidos de México, tiene desde curiosidades para escuchar y regocijarse, hasta episodios de la historia moderna, en voz de personajes nacionales y extranjeros. ¿Cuáles sonidos se han perdido y los hijos de las futuras generaciones ni siquiera sabrán que existieron?

En entrevista con La Jornada, Eugenia León explicó el concepto de este programa radiofónico: “Se trata de invitar a la audiencia a través de esta emisión, que será mensual, los últimos jueves de cada mes, a que visiten la Fonoteca, que hagan suyo el acervo sonoro de este espacio maravilloso que está en Coyoacán, en la Casa de Alvarado, un sitio que alberga uno de los archivos sonoros más grandes del mundo, el más grande de nuestro país. Nosotros les vamos compartir algunos de esos tesoros, grabaciones que los van a dejar asombrados, como la primera grabación que se hizo en el mundo, en 1860; o la voz de Porfirio Díaz, o algo de los archivos de la XEW, donde podemos oír los jingles de la época, de los años 20 del siglo pasado, la voz de Agustín Lara, sus anécdotas y su piano o por ejemplo, aquellas radionovelas como Chucho el Roto, la serie La tremenda Corte, de las más notables en su línea cómica. Vienen muchas sorpresas en los siguientes meses.

La idea es presentar a quienes forman parte de la historia sonora de México y que tienen algún testimonio que compartir con el público. El equipo de trabajo está integrado por personal de la Fonoteca, dirigidos por Álvaro Hegewisch. Yo tengo el privilegio de tener todo ese material y de llevar al público a ese viaje sonoro por nuestras memorias afectivas e históricas; de eso se trata el programa y la idea es que la gente descubra este espacio y que sepa que tiene acceso, que la Fonoteca es de todos nosotros.

Informó que después de cada charla los jueves, el domingo siguiente, después de La hora nacional, por Radio Educación, se podrá escuchar lo grabado.

–¿Cuál es la importancia de este programa para las nuevas generaciones?

–La memoria nos es fundamental para tener una idea de lo que es y ha sido nuestro país. Hace poco estuve con un amigo que dijo: sin memoria estamos más cerca de la barbarie. Necesitamos saber y coincidimos en que hay una gran curiosidad por saber cómo eran los sonidos de hace 50 años; también cómo era la gente, qué comía, qué platicaba, cómo se enamoraba, cómo eran los discursos de los políticos, cuál era el México y el mundo de esa época. Hoy lo importante es invitar a que la gente que tiene algún material guardado y y pueda donarlo, lo haga para que no se pierda.

Con esto entendemos que el pasado no es una cosa muerta, sino que la memoria lo mantiene vivo. Ayuda a no repetir errores y darnos cuenta que tenemos un denominador común en cuanto a nuestra cultura y forma de vivir, y sacude a los jóvenes que alguna ves piensan en la historia como un archivo muerto, como algo que quizá no existió. La leyenda también puede existir, pero es importante que sepan que éstas se hacen de hechos cotidianos. La idea de la modernidad se nos cae a pedazos, nos deja con muchas dudas, pero no se trata de nostalgia, lo importante es saber que hubo hechos, maneras de comunicarse cuando las cosas eran reales, humanas. La idea de vivir bien no consistía en tener varios carros ni de cuánto tienes en la caretera y si apareces en la página de sociales.

Eugenia León ha diversificado su carrera y ha incursionado en la promoción cultural en diversos medios de comunicación, como en el caso de Tocando tierra, que se transmite por Canal 22 y su colaboración en Código DF. “A mí me tocó en mi primera niñez un mundo sin televisión con más tiempo para jugar. La relación con nuestros padres era distinta; creo que era mejor porque después del juego o de las tareas de la escuela mi mamá ponía el radio, ya sea para finalizar el día oyendo El monje loco, o en la mañana observaba a mi papá poniendo el radio. Tomaba un café y oía El ojo de vidrio. A mí lo único que me consolaba cuando me ataba las agujetas de los zapatos era escuchar el minuto de Cri Cri, por eso la radio fue muy importante para mí, por las radionovelas, las noticias, la música y por la relación con mi familia. Después, la televisión tomó preponderancia y las cosas cambiaron muchísimo y la radio fue filtrándose con cosas que ya no tenían nada qué ver con lo que a mí me gustaba.”

Gandhi, Stalin y Novo

Así, los últimos jueves de cada mes Eugenia estará en la Fonoteca Nacional para conversar con la gente y abrir archivos. Hay tanto material que es inabarcable por medio de una serie tan breve como esta. Hay grabaciones sobre Gandhi, discursos políticos, grabaciones de la voz de Stalin, palabras de Salvador Novo, grabaciones de campo en comunidades indígenas, en fin, la gente se dará cuenta de que la Fonoteca es un espacio para disfrutar.

Eugenia se presentará una vez al mes en El Lunario del Auditorio Nacional dentro del ciclo Cine, el próximo 17 de marzo será la siguiente función. Para comunicarse con Eugenia León: [email protected]