Lo celebrado de 2009 (en español I)
rece la dificultad para elegir lo más destacado del rock de casa, dada la excesiva generación de proyectos originales, con cada día mejores músicos, que, interconectados más rápido que antes con los sonidos mundiales de ayer y hoy, componen de forma más asertiva. Si bien 2009 fue un año terrible, y la mayoría de los festivales locales se extinguieron, la creación no se detuvo, en un medio cada día más democratizado gracias a Internet, en que ya lo normal (y conveniente) es grabar de manera independiente, dado lo benéfico que resulta para los músicos vender directamente sus discos o por la red.
Estéticamente, el rock global se ha tornado menos estruendoso y más melancólico, melodioso y paisajista; cuando es ruidoso, es oscuro, menos irónico, y si humoroso, se va por la línea torcida. Todo ello, como posible respuesta de los músicos, a los tiempos de incertidumbre, desolación y esquizofrenia que se viven, lo cual es correspondido por sus escuchas.
Y como ha pasado a partir de la segunda mitad de esta primera década de los dosmiles, el público mexicano ha preferido escuchar lo hecho en su localidad, por encima de lo del mismo idioma, de otros lares; por ello, dada su incidencia, la enumeración, según este apartado, de las mejores grabaciones de 2009 en castellano privilegia lo creado en nuestro país. Hoy, la primera parte.
1. Natalia Lafourcade. HuHuHu. Esta cantautora quiebra prejuicios y deja atrás su pasado comercial para asombrar con un álbum de total autoría propia, con arreglos prodigiosos, en que acordeones, trombones, celestas, bases armónicas jazzy, coros mil y su deliciosa voz coronan una obra íntegra, fastuosa pero sin pretensiones, donde su personaje, honesto y frágil, dibuja bucólicos paisajes. Con producción de Emmanuel del Real y Marco Moreno, elabora un sensible pop de gran altura, que ya quisieran muchos roqueritos para un domingo.
2. Maldita Vecindad. Circular colectivo. La reaparición fonográfica de una de las bandas más relevantes del rock hecho en México, tras 11 años, es ya un suceso. A estas alturas, lo que se les pide es que preserven su esencia crítica y guapachosa, lo cual cumplen a sabrosa cabalidad. Conservan estilo, pero con madurez en sus armonías. La Maldita pegó primero que muchos, y el respeto ganado, unido a agraciados temas ska/calipso/cumbia, de unificadores ideales latinoamericanos, hacen de ésta una acertada verbena de baile y conciencia.
3. Furland. Historia de la luz. Esperado segundo disco de estos capitalinos, que, con producción también de Emmanuel del Real, emiten una joyita luminosa de inspiraciones Beatle-Radioheadescas. Melodías espaciales, orquestaciones leves; un festín de melancolía colorida.
4. Antoine Reverb. Goodbye victorian houses. Gran revelación, el folk sicodélico y soñador de este grupo de Guadalajara, que con suaves percusiones, melodías delicadas, clarinetes, banjos, acordeones y mandolinas, pone a flotar. Sólo les falta dejar de cantar en inglés.
5. Javier Corcobado. A nadie. Con más de 20 años de camino, el madrileño de subterráneos, mortuorios, sangrientos, sexuales y caninos sentimientos se deja grabar por el mexicano Gerry Rosado para dar uno de sus mejores discos en años. Romántico, elegante, sucio y medio desafinado, pero con el latir en la mano.
6. La Bien Querida. Romancero. De España, la claridad y sencillez tanto sónica como lírica y vocal de Ana Fernández-Villaverde desarma con su dulce voz y sus posmodernas letras de tristeza e incertidumbre amorosa. Guitarra flamenca, metales, acordeones... Una chulada.
7. Juan Son. Mermaid Sashimi. El tapatío cantante de agudísimo timbre, ex Porter, debuta con un élfico viaje submarino/espacial, que pondera imaginación y vitalidad, entre juguetes sonoros, ritmos digitales, teclados de ciencia ficción y pasajes circenses; todo, con tono onírico-lúdico. También se le agradecería que cantara más en español.
8. Hello Seahorse! Bestia. Con la bella voz de la rubia, tímida pero intensa Lo Blondo al frente, este trío capitalino despuntó tras dos desapercibidos EP’s. Con temas entre dulces y siniestros, hacen un electro-pop de paisajes desolados, aun sus notas felices. Una de las bandas punteras de su generación, que augura mejor futuro.
9. Enjambre. El segundo es felino. De Fresnillo, Zacatecas, el quinteto flechó a muchos con su rara mezcla de curiosas letras e intensas melodías tipo balada romántica de los 70 (Sandro, Ángeles Negros, José José) con un rock tipo The Strokes. Irresistible segunda placa.
10. Yokozuna. Yokozuna II. Demoledor disco el de los chilangos hermanos Tranquilino, que con pura batería y guitarra estallan altivos, y superan sus ds EP’s previos. Con riffs heredados del metal-hardcore-stoner-rock de los años 70, y letras mínimas, capturan la energía y solos que suelen emitir en vivo.
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