Firma alemana, en el centro del debate por su producto experimental flibanserina
Es un intento por posicionar la ausencia o reducción de la libido femenina como un desorden médico, acusan críticos
La baja del deseo sexual ocasiona sufrimiento emocional, rebaten defensores
Viernes 26 de febrero de 2010, p. 2
Londres, 25 de febrero. Desde que el Viagra, medicamento para tratar la impotencia masculina, explotó en el mercado global de productos farmacéuticos, los laboratorios buscan un equivalente para las mujeres.
La pequeña píldora azul revolucionó la vida sexual de muchos hombres frustrados, y la posibilidad de que una pastilla haga lo mismo por la libido de las mujeres generó entusiasmo y expectativas económicas entre las empresas farmacéuticas.
Aun así, la fuerte iniciativa de la compañía alemana Boehringer Ingelheiml, actual líder de esta carrera con su producto experimental flibanserina, despierta otro tipo de pasiones entre algunas mujeres expertas en salud.
Un sondeo financiado por la firma y publicado esta semana buscó demostrar el impacto emocional y la angustia que sufren las mujeres a raíz de la falta de deseo sexual.
Pero el trabajo enfureció a los críticos. Algunos creen que se trata de un intento de posicionar la ausencia o reducción de la libido femenina como un desorden médico. Esto, dijeron, amenaza con estereotipar el problema y hace sentir a las mujeres que tienen una deficiencia.
La idea de que la falta de interés sexual debe ser tratada de inmediato con una píldora implica que los múltiples factores que contribuyen a los problemas sexuales podrían pasar inadvertidos, generando que el medicamento sea ineficaz
, dijo Lisa Martinez, creadora de la Fundación de Salud Sexual de la Mujer, grupo internacional con sede en Estados Unidos.
Otros factores
La medicación puede ser el tratamiento correcto, pero también puede no serlo. Depende de cuál es la verdadera causa de la falta de deseo. Si una mujer está cansada, angustiada y necesita ayuda para cuidar a sus hijos, la píldora no es la respuesta
, señaló.
En ese caso, la solución sería que disminuya su nivel de fatiga y obtenga ayuda en la casa para criar a sus hijos, agregó.
Boehringer señaló que se topó con los efectos de la flibanserina, moduladora de la serotonina, mientras investigaba la sustancia química como potencial antidepresivo.
Martinez y otros expertos temen que se genere una excesiva medicación del sexo, fenómeno que podría inundar las habitaciones de muchas parejas con píldoras patentadas, pócimas y cremas.
La compañía farmacéutica estadunidense BioSante, que también desarrolla tratamientos para reforzar el deseo femenino, reconoce el mercado potencial que existe para la disfunción sexual en aquel país, donde podrían lograrse ventas por 2 mil millones de dólares anuales.
Parte del proceso de captar ese mercado es clasificar los síntomas que acecharon a varias generaciones, definiéndolos en términos clínicos y, por tanto, creando la necesidad de tratarlos con enfoque médico.
Un ejemplo de esto surgió la semana pasada, cuando Boehringer publicó los datos del sondeo europeo, llamado Deseo y sus efectos en la sexualidad femenina incluyendo las relaciones (Desire, por sus siglas en inglés), cuyos resultados demostraron que las mujeres con baja libido y problemas relacionados sufrían de forma personal y emocional.
Investigación comercial
Junto al sondeo hubo también un anuncio de una organización de investigación comercial estadunidense, que creó un registro del desorden del deseo sexual hipoactivo (HSDD, por sus siglas en inglés)
para ayudar a los científicos a entender los problemas sexuales femeninos.
Sheryl Kingsberg, profesora de biología reproductiva de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland (EU), al comentar el sondeo dijo que era importante reconocer la falta de deseo sexual de las mujeres.
Muchas de las mujeres que veo con HSDD sufren un alto nivel de culpa y sentimientos de confusión
, escribió. “También se quejan de la distancia que sienten entre ellas y su pareja.
El impacto emocional del HSDD es significativo
, opinó.
Pero Petra Boynton, sicóloga social de la Escuela Universitaria de Londres, cuestionó el estudio y sus resultados. Destacó que abarcó más de 60 mil mujeres en toda Europa, de las cuales sólo 11 por ciento tenían un problema sexual.
Desafortunadamente, con este estudio, al igual que con muchos otros, las herramientas usadas están diseñadas específicamente para la investigación financiada para el fármaco
, dijo.