Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) exigieron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que asuma su responsabilidad constitucional para regular la venta de comida chatarra en el interior de las escuelas públicas, sin pretender delegar a docentes o padres de familia la responsabilidad de impedir que se vendan alimentos de bajo valor nutricional en los planteles de educación básica en el país.

Francisco Bravo, dirigente de la corriente democrática de la sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), indicó que fue la propia dependencia la que por años solapó que las cooperativas se convirtieran en verdaderas cajas chicas de directivas charras, al fomentar que el modelo de cooperativa escolar desapareciera para ser sustituido por tiendas, cuyo único fin es el lucro.

No se trata, advirtió, de crear nuevas lineamientos que luego nadie hará cumplir. Se debe establecer un compromiso firme para hacer valer la normatividad vigente y rescatar a las cooperativas como modelo educativo, pues si las acciones para frenar la comercialización de productos de baja calidad nutritiva se deja a la buena voluntad de las autoridades educativas en cada plantel, será letra muerta.

Por su parte, estudiantes y padres de familia de escuelas primarias en el Distrito Federal reconocieron que el menú que se ofrece en planteles educativos incluye tacos, hamburguesas, pizzas, sopes y frituras, con un costo promedio de cinco pesos, con escasa o nula oferta de alimentos como frutas y verduras.

Rosario, madre de familia con dos hijos inscritos en escuelas públicas, indicó que ante el impacto de la crisis económica tenemos 100 pesos para comer en dos días y de ese gasto debe salir para la torta de los niños, pero de nada sirve el esfuerzo si cuando salen al recreo siempre hay un amiguito que les convida de sus papas fritas, tacos o refrescos.

Alumnos de la escuela primaria Emiliano Zapata, en la delegación Gustavo A. Madero, señalaron que al menos 50 por ciento de sus compañeros presentan sobrepeso, e indicaron que en promedio reciben 15 pesos diarios para comprar en la cooperativa. si nos sobra algo de dinero, a la salida compramos una bolsita de frituras con limón que sólo cuesta tres pesos.

Cooperativas, modelo olvidado

José González Figueroa y Amador Tobón, profesores de la corriente democrática con más de 40 años de servicio magisterial y fundadores de la CNTE, destacaron que las cooperativas, parcelas y huertas escolares fueron creadas como parte sustantiva del modelo educativo impulsado por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, cuyo fin era darles un eje pedagógico y hacer de la cooperativa un ejemplo de la fuerza del trabajo comunitario.

Destacaron que desde hace más de dos décadas comenzó un acelerado deterioro de las cooperativas escolares, mismas que “se transformaron –en muchas escuelas del país– en verdaderas tienditas escolares, concesionadas a particulares con un fin totalmente comercial, trastocando el objetivo central, que es educar al alumno”.

Como docentes, indicaron, se buscaba fomentar el cooperativismo y la ayuda mutua, pues las cooperativas escolares funcionaban con un fondo semilla que aportaba toda la comunidad: maestros, alumnos y padres de familia. Se trataba no sólo de quedarse en un modelo de consumo, sino de producción que se vinculará a las comunidades, lo que sí ocurría en zonas rurales. Hoy enfrentamos un modelo basado en consumo y lucro, por lo que a nadie interesa qué calidad de alimentos se ofrece al alumnado.