La sicosis se propagó y se apoderó por completo de los habitantes de la frontera de Tamaulipas. Sólo que ahora los constantes enfrentamientos entre militares y pistoleros del crimen organizado no quedaron en versiones transmitidas por celular, correos electrónicos o redes sociales, como Facebook o Twitter.

La Procuraduría General de Justicia del Estado reconoció la muerte de 19 personas desde el pasado fin de semana: cuatro policías; ocho heridos, incluidos cuatro soldados, y cuatro agentes municipales desaparecidos.

Los decesos fueron consecuencia de tiroteos ocurridos en Reynosa, Matamoros y Díaz Ordaz; de ataques al ayuntamiento y la comandancia de la policía de Ciudad Mier, y de una ejecución múltiple en el puerto de Tampico, ubicado al sur de la entidad.

En Ciudad Mier, ubicada en la frontera tamaulipeca, donde es común el tráfico de enervantes, un comando a bordo de dos camionetas con las siglas CDG (supuestamente “cártel del Golfo”) disparó contra el ayuntamiento gobernado por el priísta José Iván Mancillas.

A este ataque se sumó otro contra la comandancia de la policía municipal, de donde fueron secuestrados al menos 10 uniformados por un grupo armado; cinco de ellos están desaparecidos. Sin embargo, luego de un enfrentamiento con militares, murieron siete presuntos delincuentes y un sargento del Ejército.

También en esa región fronteriza se reportaron tiroteos que dejaron cinco pistoleros fallecidos en Díaz Ordaz y dos en Reynosa, donde las fuerzas castrenses desalojaron la presidencia municipal y dos universidades cercanas al inmueble.

A la violencia creciente en la frontera se sumó el hallazgo, en el puerto de Tampico, de cuatro jóvenes ejecutados en un departamento, junto a los cuerpos había una manta con un mensaje cuyo contenido no fue revelado por las autoridades.

El clima de azoro e incertidumbre que se vive en ciudades como Reynosa, donde cada día usuarios de redes sociales reportan y dan seguimiento a hechos violentos del crimen organizado, se trasladó el pasado fin de semana a Matamoros. Ahí, la tarde del sábado, en una balacera entre criminales y soldados murieron un estudiante de 19 años y tres militares.

Un hecho similar ocurrió en Nuevo Laredo donde, según versiones, fueron plagiados funcionarios locales, hubo un atentado contra el alcalde Ramón Garza, tiroteos en escuelas, secuestros de estudiantes y toques de queda. Los rumores provocaron el cierre de comercios y ausentismo escolar.

El detonante de la sicosis fue un correo electrónico, enviado por una empleada municipal, que dio a conocer medidas de seguridad ordenadas por Protección Civil.

Miedo a la alza

Al enlace que mediante Twitter y Facebook permite a los tamaulipecos dar a conocer los lugares y los resultados de balaceras, así como la comunicación con mensajes vía celular –que permiten avisar sobre las escuelas en que se han suspendido las clases–, se ha sumado otro medio de comunicación: los correos electrónicos.

Éstos permiten iniciar una cadena de oración en los municipios en crisis –Oremos por Matamoros, va a estar grueso– o dar a conocer recomendaciones de cómo actuar durante los enfrentamientos: Pasos a seguir: Protección Civil.

Por lo regular los mensajes tienen más de 30 destinatarios y con frases sencillas reflejan el temor que existe en la comunidad fronteriza: Señor, regresa la calma a nuestra ciudad, cambia los corazones de toda esa gente que nos ha quitado la tranquilidad; dales, por favor, la paz que necesitan para que dejen de hacer mal. Señor, decláranos que Matamoros será libre de toda esta gente que nos vino a quitar la paz.

En gira de trabajo por Matamoros, tras presidir una reunión del grupo interinstitucional en el que participan Ejército, Procuraduría General de la República, Policía Federal y gabinete estatal de seguridad, el mandatario Eugenio Hernández anunció la aplicación de operativos institucionales en los que participarán corporaciones de los tres niveles de gobierno, que realizarán recorridos por los municipios en conflicto con la finalidad de devolver la tranquilidad a los habitantes.

Violencia en el resto del país

Al menos 33 muertes ligadas al crimen organizado se documentaron ayer en Chihuahua, Sinaloa, Jalisco, Nuevo León. estado de México, Guerrero, Michoacán y Sonora.

Entre las personas ultimadas figuran el coordinador de área de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Chihuahua, Antonio Olague; dos policías de China, Nuevo León, y la esposa de Delfino Sánchez, jefe de grupo de la Policía Ministerial en Uruapan, Michoacán.

También en Michoacán, desconocidos secuestraron al regidor del PT en el municipio de Aquila, Javier Martínez.

En Morelos, la 24 Zona Militar informó de la detención, en Ciudad Ayala, de Felipe León Aguilar y Norberto León Coria, presuntos escoltas de Édgar Váldez Villarreal, La Barbie, operador del cártel de los Beltrán Leyva.

Como resultado de dos ataques simultáneos perpetrados por presuntos comandos de Los Zetas la noche del martes fallecieron 13 personas (seis policías y siete civiles), cinco uniformados fueron heridos y se reportó un desaparecido en los municipios de Acatlán y de San Francisco de Telixtlahuaca, Oaxaca.