Después de año y medio de ocupar el cargo de jefe de la policía capitalina, Manuel Mondragón dio por primera vez un diagnóstico del estado de la corporación: vacío y traslapes de funciones, corrupción, tecnología abandonada, área de asuntos internos coludida con los mismos policías, capacitación casi inexistente y desorden administrativo.

Durante la entrega de incentivos a policías destacados en el Instituto Técnico de Formación Policial, Mondragón y Kalb reconoció que ha sido muy difícil abatir la corrupción en la corporación, pero aseguró que esta lucha se da todos los días y que será así hasta que abandone la dependencia.

Mondragón reconoció que cuando tomó posesión como titular de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, en julio de 2008, “no me gustó lo que encontré.

“Era un diagnóstico de mucho desorden administrativo y abandono. Cuando eso se da en una corporación como ésta, los resultados son ineficiencia y negligencia de aquellos que dicen ‘vamos a seguir navegando en este mar calmo, chicho’ y, por qué no decirlo, de corrupción.”

El jefe de la policía capitalina aseguró que no hay un solo aspecto de los mencionados que no haya tocado a fondo, pero que los resultados los verá la ciudadanía a mediano plazo.

Cambiar y sacar de la negligencia a docenas de miles de elementos es muy complejo. Erradicar esta corrupción, a la que le he declarado 100 por ciento la guerra y en la que han estado inmiscuidos muchos de los que están aquí recibiendo un reconocimiento, es muy difícil en un año. No necesita uno ver con los dos ojos para saber cuál es la realidad, aseveró.

Ante cientos de policías, Mondragón aclaró también que se trata de circunstancias que se vienen arrastrando desde hace décadas y se preguntó si no era una contradicción conceder incentivos a la eficiencia policial al mismo tiempo que se denunciaba dicho panorama.

Se contestó: Mondragón se ocupa de los policías para que se cumpla el dicho de dando y dando. Doy para exigir que los policías sean mejores.

Enfatizó que estimulará a los buenos elementos y que aquellos que forman parte de las cadenas de corrupción se irán de la dependencia.

Quien se vaya, nada de amparos. El que se va se fue. ¿Saben cuántas personas quiero que se vayan? Ninguna. Quiero que todos estén trabajando, que unamos esfuerzos en la responsabilidad de usar este uniforme.

Para concluir la ceremonia, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública local pidió a los uniformados eficiencia, sentido de comunidad, atención a la ciudadanía, probidad y honradez.