La legalización de las drogas se tiene que analizar a escala global, pues si bien ayudaría a disminuir parcialmente el impacto de la delincuencia organizada, el golpe contundente se daría con la autorización al expendio de estos productos en el principal mercado de consumo, Estados Unidos, señaló Juan José González Rus, catedrático de la Universidad de Córdoba, España.

En México la legalización se plantea asociada al crimen organizado, pero dudo que legalizar las drogas en el país resuelva ese fenómeno. Esto tendría que darse en el principal destinatario que es Estados Unidos, porque el negocio no se nutre aquí, sino afuera, sostuvo el académico en una conferencia magistral en el seminario Drogas: ¿legalización?, efectuado en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Más allá de autorizar el comercio de dichas sustancias –subrayó– el debate debe centrarse en qué y cómo legalizar, pues no tienen el mismo impacto en los usuarios los derivados de la cannabis (mariguana, hachís) que sustancias realmente destructivas y de gran poder adictivo como cocaína, heroína, LSD o anfetaminas.

Indicó que entre las ventajas de la legalización destaca la reducción de los precios de los productos, la disminución de la ilegalidad en el mercado, un combate parcial de las organizaciones criminales, baja en la delincuencia asociada al consumo de estupefacientes, desaparición de motivos para el uso de políticas represivas contra los criminales que afectan a la ciudadanía y contra los consumidores.

Política errática

Julián Güitrón Fuentevilla, de la Facultad de Derecho de la UNAM, se manifestó en favor de la legalización, aunque acotó que para ello se tiene que contar con un programa –apoyado en la ciencia médica– que dé un perfil detallado de cada sustancia para determinar cómo sería su manejo legal.

Aseveró que la política del gobierno mexicano contra la delincuencia organizada es errática, pues pese a los millonarios recursos y el uso de la fuerza pública, las matanzas en el país ligadas al narcotráfico se han incrementado, además de que la violencia contra la delincuencia ha afectado en gran medida a quienes son ajenos al fenómeno.

Sostuvo que con la legalización la sociedad tendría que aprender a vivir con drogas al igual que lo ha hecho con el alcohol, el tabaco y el café, sustancias que nadie puede negar que sean drogas. Por lo anterior, confió en que con educación y orientación en la familia los ciudadanos eludan estas adicciones.