Riviera Maya, 23 de febrero. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, regañó a los empresarios mexicanos y brasileños que se oponen a la firma de un acuerdo de libre comercio bilateral, y los instó a no tener miedo a su país, porque no es más peligroso que otros socios, como Estados Unidos, ni México lo es para Brasil.

Concluida la Cumbre de América Latina y el Caribe, Lula y el presidente Felipe Calderón anunciaron que iniciarán un proceso formal para explorar la conveniencia de suscribir un acuerdo estratégico de integración económica. En la declaración, explicaron que determinarán oportunidad y alcances.

En su intento por convencer al empresariado mexicano, Lula recordó que desde la época del gobierno de Vicente Fox decía: México tiene que mirar hacia Sudamérica; México no puede mirar sólo hacia a un lado, el mundo es redondo, no rectangular; entonces, es necesario mirar hacia beneficios y sensibilidades de firmar este instrumento.

Argumentó que los dos países latinoamericanos no pueden quedarse paralizados, especialmente México, mientras espera la recuperación de Estados Unidos. Es necesario que ustedes busquen nuevos espacios.

En el hotel Mayacobá el brasileño dio trato deferente a Calderón al llamarlo amigo y compañero. Aseguró que tiene el coraje para defender la política en pro del libre comercio y explicó que Brasil se presenta como un corazón de madre para recibir a los compañeros mexicanos y para discutir oportunidades.

Para explorar las posibilidades de este acuerdo anunció que ambos países realizarán un foro este año, con 500 empresarios, para que discutan entre ellos semejanzas y oportunidades.

El Consejo Coordinador Empresarial y otros organismos cúpula de México han rechazado la firma de un acuerdo comercial con Brasil, con el argumento de que no hay condiciones equitativas de convivencia con sus pares de Sudamérica.

En este puerto, el gobierno mexicano reunió a un grupo de empresarios que, según ProMéxico, sí están en favor, como Agustín Coppel, Enrique Ramírez y Alberto Urquiza.

A su vez, Calderón defendió la posibilidad de firmar un acuerdo; argumentó que significará crear empleos y tener acceso real de productos a mercados de ambas naciones. Planteó que en el proceso de discusión tomarán en cuenta a los sectores productivos de ambos países y harán consultas con el Poder Legislativo.

El jefe del Ejecutivo mexicano se negó a definir cuánto tiempo durará el proceso, pero aclaró que no se trata de hacer nada apresurado ni de atropellar tiempos.

Pan o cañones

En la conferencia de prensa, Calderón y Lula fueron cuestionados acerca de los señalamientos del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, sobre la carrera armamentista que han emprendido gobiernos en América Latina.

Calderón señaló que hay una vieja disyuntiva, desde tiempo inmemorial, de política pública que es: pan o cañones, y afirmó que él optó por reforzar la lucha contra la delincuencia, por el poder destructivo que ésta tiene con la población mexicana.

Aclaró que esto no implica necesariamente una carrera armamentista, sino que lo hace obligado porque llegan al país 50 mil armas de Estados Unidos.