Unos minutos antes de empezar el partido le dijeron a Antonio López que sería titular en el América. Apenas había debutado en primera división dos semanas antes, pero el incidente de Salvador Cabañas y la lesión de Enrique Esqueda le abrieron una oportunidad de jugar un partido desde el inicio.

El equipo perdía en la cancha del estadio Azteca, pero el delantero de 21 años provocó el gol del empate ante Tigres.

A veces cosas ajenas al futbol propician el debut de alguien que luego puede volverse un icono para el equipo, dice el jugador, quien asumió la posición en la que originalmente juega Cabañas, en proceso de rehabilitación tras la agresión que sufrió el mes pasado con arma de fuego.

Tony López debutó con el primer equipo de las Águilas con una derrota ante Atlas, en la que jugó 25 minutos: Me sentía ansioso, quería tener más la pelota, y luego jugó contra Toluca, donde estuvo más tranquilo, aunque también perdieron; esa vez en el Nemesio Diez. El reciente duelo fue diferente, reconoce; se sintió mejor, cumplió con su trabajo.

El debut se dio de una manera diferente, pero se siente bien salir a calentar y que te avisen cinco minutos antes que vas a alinear, dice el delantero quien llegó a Coapa cuando tenía cinco años y por fin tuvo la oportunidad anhelada.

Ahora –dice– trabaja para convertirse en un referente del equipo, pero sin la presión de cargar con el peso de alguna figura ausente, porque siente que está construyendo su propia historia, ni con la responsabilidad de rescatar al América: Yo no soy alguien que le dará la vuelta al equipo; apenas estoy empezando.

Para eso están los mayores, dice el argentino Daniel Montenegro, quien considera que la responsabilidad debe recaer en los que tiene más experiencia, porque recuerda sus inicios y sabe lo difícil que puede ser un debut.