Finanzas públicas
Martes 23 de febrero de 2010, p. 24
Políticos españoles comienzan a presionar por una reforma del sistema de salarios en el país, al que atribuyen la baja productividad y la falta de competividad ante otras naciones de la zona euro. Según la OCDE, el salario creció en promedio 3% en el país el año pasado, pese a la profunda recesión y a la inflación cero, lo cual para algunos explica el rápido crecimiento del desempleo.
El mercado laboral español tiene dos estratos. En el más alto están dos tercios de la fuerza laboral, que son trabajadores permanentes, cuya liquidación en caso de despido sería más costosa. En las condiciones actuales, las empresas que no pueden despedir con facilidad a los trabajadores tienden a no contratar, lo cual impulsa el desempleo.
A mediados de los años 1990 se permitieron los contratos temporales para empleados de nuevo ingreso, pero ello, aunque ayudó a crear plazas, también inclinó la economía hacia trabajos poco calificados y de baja productividad. Y como los despidos en el estrato más alto son más costosos, la mayoría de los ceses ocurren entre los empleados temporales, por lo regular los jóvenes y los migrantes. El gobierno español busca contrarrestar esta tendencia, por ejemplo promoviendo un contrato laboral que reduzca la indemnización por despido a 33 días de salario por año.
El gobierno presionará también por reformar el sistema de negociación salarial, aunque no cree que sea necesario rebajar salarios para elevar la productividad y reducir el desempleo, como se hace en Irlanda y a últimas fechas en Grecia. De hecho, el 9 de febrero se anunció un acuerdo entre el sector privado y los sindicatos que fijó un alza salarial de entre 1 y 2.5% en 2011-12.
Muchos hogares españoles están hundidos en deudas hipotecarias, debido al prolongado auge de la vivienda. En la mayoría de los casos las tasas de interés de estos préstamos son variables, como en Irlanda. Durante la mayor parte del año pasado, el Banco Central Europeo ha puesto grandes cantidades de circulante a disposición de los bancos de la eurozona a una tasa fija de 1%, lo cual ha presionado a la baja las tasas hipotecarias y aliviado a los presionados deudores de Irlanda y España. Sin embargo, estas políticas monetarias no pueden mantenerse por tiempo indefinido.
Madrid insiste en que la situación no es tan mala. España no es Grecia
, sostiene Elena Salgado, ministra de Finanzas. En ningún momento necesitaremos el apoyo de Europa. De hecho, podríamos ser parte del apoyo a Grecia, si es necesario.
Pero si su economía no crece, la carga de la deuda española será cada vez más pesada.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya