Oaxaca, Oax., 20 de febrero. Campesinos de los municipios de San Pedro Ixtlahuaca, la Villa de Zaachila, La Trinidad Zaachila y Cuilapan de Guerrero, así como sus agencias de policía Los Audelo, San Lucas Tlanichico y Tiracoz, integraron el Consejo de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Territorio en rechazo a la construcción del libramiento sur, que afectaría a unos mil 200 ejidatarios de esos municipios conurbados a la capital estatal, dice Teodoro Sosa Pérez, presidente de la agrupación.

El libramiento, cuyo costo será de mil 548 millones de pesos, entroncará la supercarretera Cuacnopalan-Oaxaca con las de Oaxaca-Costa y Oaxaca-Istmo en 56 kilómetros de recorrido bajo el esquema de concesión.

Sosa Pérez sostiene que esta vía “servirá sólo a quienes vacacionan en las playas y para trasladar recursos naturales que empresas privadas están explotando, como el oro, la plata y la madera.

Este proyecto beneficiará a la iniciativa privada, a las empresas de origen estadunidense, canadiense y del norte de nuestro país, por ser quienes obtendrán enormes ganancias económicas a costa del perjuicio de nuestros recursos naturales y sin tomar en cuenta a sus dueños, agrega.

Según los pobladores, con esta vía se perderán 322 hectáreas de cultivos de alto potencial productivo, cuatro ríos, 61 arroyos, 83 pozos tipo noria para riego, seis pozos profundos de riego y uno de agua potable, así como 124 caminos cosecheros, 24 caminos reales y 51 viviendas. Además de enormes carrizales que cuando se juntan semejan túneles.

En consecuencia, se dejarán de producir 985 toneladas anuales de maíz, 532 de calabaza, 350 toneladas de frijol, 38 de cacahuate y 700 millares de nueces, una pérdida de aproximadamente 13 millones de pesos anuales.

Por unanimidad, en asamblea efectuada el 23 de octubre pasado, el ejido dio un rotundo no al proyecto y vamos a hacer valer nuestra decisión, señala Melchor Tejada. No sólo afectaría nuestro territorio, sino que dejaríamos de producir muchos productos que tienen un valor cultural para nuestro pueblo, subraya.

Resalta que ni la Secretaría de Obras Públicas (SOP) ni Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO) consultaron nunca a los dueños de la tierra para delinear el trazo del libramiento. Nadie habló con nosotros para ver si estábamos de acuerdo o no.

Adán López Santiago, del Consejo de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Territorio, destaca que “los pueblos por donde pasará este libramiento no se beneficiarán en nada, pues al ser de cuota estará protegida por ambos lados y nadie podrá atravesarla. Con esto, se convertirá en una barrera que atravesará nuestro territorio y nos dejarán encerrados. Los estudiantes deberán dar toda la vuelta para poder llegar a la escuela.

¿Por qué no lo hicieron (el trazo) pegado al cerro? Para nosotros es simple la razón, pues así podrán explotar el agua en la franja de 60 metros que tendrá como derecho de vía... y esto pone en peligro la subsistencia de futuras generaciones de nuestro pueblo, agrega.

La inconformidad ha llegado a Cuilapan y sus ejidatarios han dicho no a la construcción. No nos oponemos a lo que llaman desarrollo pero, ¿por qué quieren pasar la carretera por nuestras mejores tierras? ¿Por qué no mejor la hacen pegado al cerro? Son también nuestras tierras, pero allá no sembramos, señalan.

Otro campesino, Ricardo Rojas, sostiene que por donde pasará la carretera son puros terrenos de cultivo; ahí sembramos, maíz y frijol. De eso vivimos, de eso sacamos para comer, para el azúcar, para el café. Por eso, no dejaremos que nos atropellen.

El no de los pobladores se oficializó en asamblea del 7 de junio de 2009. La determinación la hizo llegar el edil Andrés Cruz Martínez al secretario de Obras Públicas, Armando González Bernabé, en un oficio girado el 17 de agosto siguiente.