Mérida, 20 de febrero. Esta noche no hubo nuevo campeón. Gustavo Guty Espadas se esforzó hasta el último aliento y ni con el apoyo de ocho mil gargantas de su gente pudo ceñirse la corona que defendió con éxito el dominicano Elio Rojas, quien retuvo, por decisión unánime, el cetro pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Desde el inicio, los combatientes salieron a mostrar parte de su arsenal con rectos de derecha y algunos intentos fallidos de ganchos, pero la actuación del tercero en el cuadrilátero fue constante para separarse y evitar que chocaran cabezas, tónica que se repitió para el segundo episodio.

En la tercera ronda, el dominicano siguió con su estrategia de ir hacia atrás para meter a Guty en su espacio y tratar de sorprenderlo, pero las piernas del yucateco le daban para frenar y dar marcha atrás.

Las puntuaciones del cuarto episodio encendieron los focos amarillos en la esquina del yucateco, ya que estaban en su contra 40-36 de los tres jueces, por lo que Espadas salió al siguiente capítulo a tratar de remontar, pero por más que buscaba alcanzar a Rojas, quien a ratos corría en reversa y embestía para abrazar, prácticamente no lograba nada: si acaso asestar algún golpe que lo único que conseguía era la gritería del público.

El séptimo rollo dio inicio con el clásico “sí se puede… sí se puede”, pero Espadas seguía en su carrera, alcanzando a veces a Rojas en el rostro o en el pecho con esa combinación de derecha e izquierda que nunca terminó de encajar con efectividad, lo mismo que en el siguiente episodio, cuando Guty se esforzaba por zafarse de los abrazos del caribeño y dañarlo con rectos, uppers y ganchos.

La historia se confirmó con las puntuaciones; 80-72 para el visitante, al iniciar el noveno asalto, que fue una repetición de lo visto antes, con la misma alegría y esperanza de los meridenses cuando el suyo conectaba, lo mismo que el décimo y el siguiente.

Para la última vuelta, Guty salió con todo. Se fue encima del rival, lo siguió de cerca con golpes al rostro, sonaban sólidos, pero fueron inofensivos, quiso hacer cambios de último momento, atacar por otro perfil, pero tampoco. Nada. El caribeño siguió en lo suyo, poniéndose a salvo, fuera del alcance del yucateco.

Hubo de gritos a gritos en la fiesta de boxeo. De desaprobación para las autoridades locales y de alegría para los protagonistas, en particular para el ídolo local, Guty Espadas, y más cuando se fundió en un abrazo con su padre, del mismo nombre.

Antes de la contienda estelar, la gobernadora de Yucatán, Ivone Ortega, fue recibida con silbatina de los asistentes al Polifórum Zamná, y arreció cuando el presidente del CMB, José Sulaimán, le colocó un cinturón verde-dorado de monarca.

El ex olímpico Carlos Cuadras mostró parte de su repertorio de golpes contra Oswaldo Rodríguez por el cetro supermosca juvenil intercontinental del CMB, aunque al final el estadunidense Gerald Ritter determinó nocaut técnico en controversial fallo.

El local Gilberto Keb Baas dio cuenta de Elfego por nocaut técnico en el cuarto asalto en la división mosca, mientras José Emilio Perea retuvo el cetro Fecarbox ligero, por la misma decisión, ante el panameño Julio Camaño en el noveno episodio.

El anfitrión Wilbert Uicab defendió con éxito el fajín mosca de la NABF ante el estadunidense Anthony Villarreal.

Por otra parte, en Acapulco, el local Giovani Segura ganó por nocaut técnico en el tercer asalto al panameño Walter Tello y retuvo el título minimosca de la AMB.

En las preliminares, el invicto Omar Chávez ganó por nocaut efectivo en el primer asalto a Eugenio Dinamita López, quien sustituyó a Rodrigo Juárez, en la categoría de los superligeros.

En Plaza Condesa de la ciudad de México, Daniel Ponce de León ganó por nocaut en tres al boricua Orlando Cruz y conquistó el cetro latino de peso pluma del CMB.