El crítico y poeta analiza la lectura en el país en La letra muerta
Domingo 21 de febrero de 2010, p. 5
El poeta y crítico literario Juan Domingo Argüelles consideró que el análisis de la lectura en México es un problema estructural de educación y cultura, pero también de economía y política, porque todos los diputados y funcionarios que están en ámbitos educativos o culturales dicen que leer es extraordinario, sin embargo, no sabemos cuántos libros han leído
.
A propósito de su más reciente obra La letra muerta: tres diálogos virtuales sobre la realidad de leer, editado por Océano, el autor indicó que no podemos tener el índice lector de los daneses o finlandeses, porque éste es un país hecho un desastre desde el punto de vista económico y político; eso cuenta también, porque refleja nuestros índices de lectores y el país que somos, donde es más habitual que aparezcan notas informativas sobre catástrofes o de crimen organizado, y no se refieren a los lectores extraordinarios; eso no debemos olvidarlo
.
Enfatizó que somos lectores mexicanos pertenecemos a un sistema político con enorme retraso económico y problemas de educación; no basta decir que leer es maravilloso para que se eleve el nivel de lectura. Todo este tiempo hemos estado planteando mentiras.
El libro, que se presentó ayer en la edición 31 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, plantea “¿cómo pueden dejar de ser letra muerta los libros escritos y en pantalla?, pues al compartirse con otros y en diálogo, que exista conciencia de que un libro es alguien que habla y busca interlocutor, porque detrás de ese libro hay un autor, y detrás de él hay una ideología, prejuicios, intereses, mezquindades, noblezas.
Obviamente, los libros en abstracto no es que sean buenos o malos, simplemente sucede que somos los lectores los que los dotamos de verdadera existencia y de valores.
Argüelles reiteró que el problema de la educación en México es estructural y no se examina adecuadamente. “Los programas y campañas de lectura deberían incidir en la lectura en la escuela, no obligando a los estudiantes a leer, sino promoviendo la lectura de una forma libre, no sometida a la calificación, ni al interrogatorio judicial, porque esas cosas son precisamente las que apartan a los adolescentes, sobre todo de la secundaria, de la lectura.
El grave problema que tenemos, ante una situación tan desastrosa en la educación, es el hecho de que quitaron la filosofía dentro de la educación media superior; todo lo relacionado con la sensibilidad y el pensamiento, ha sido relegado, ahora se habla de habilidades y destrezas.
Asimismo, precisó que existe legitimidad en sentirse distinto por leer, pero hay poca inteligencia y poca sensibilidad cuando ese saberse distinto lo lleva hacia el desdén o al desprecio hacia los que no leen. La lectura tendría que adentrarnos más en el sentimiento de pertenecer a un género humano, más que separarnos, de tal manera que pensemos que nosotros somos los buenos, los cultos, los inteligentes, los nobles. Se sabe distinto el lector, pero lo determinante no es sólo lo que se lee, sino la forma cómo se lee y cómo asimila uno la forma como lo hace.
Destacó que la lectura nos hace más conscientes de nuestra realidad, cuando realmente lo hacemos y lo integramos a nuestra existencia. Si leemos para sumar más bibliografía, me parece una perdida de tiempo.
Para el crítico literario, el libro tiene que sufrir una involución, no una evolución, y regresar a las conversaciones. El libro surge del pensamiento de la experiencia directa del ánimo de estar en diálogo con los demás. La obra cumple su propósito, no sólo cuando se convierte en páginas, en la letra muerta, sino cuando se reactiva entre los lectores
.
Argüelles dijo que el libro tradicional es un invento perfecto que no se puede perfeccionar
, pero explicó que lo diferente del formato electrónico y del libro en Internet es la posibilidad de acceder a ejemplares que ya están agotados”.
También el sábado, el editor Alejandro Zenker ofreció una conferencia con motivo de La letra muerta: tres diálogos virtuales sobre la realidad de leer, así como de sus dos anteriores ensayos Ustedes que leen y Antimanual para lectores y promotores del libro y la lectura.