La Procuraduría General de la República (PGR) confirmó ayer que un juez de procesos penales federales autorizó en primera instancia que el pederasta Jean Succar Kuri, El Johnny, sea trasladado del penal de máxima seguridad del Altiplano (estado de México) a uno administrativo de Cancún, Quintana Roo, pero aseguró que ese fallo sólo puede efectuarse hasta que un tribunal unitario de circuito revoque o confirme la resolución.

Ricardo Nájera, vocero de la PGR, precisó a este diario que confía en que un tribunal unitario rectifique la decisión del juez federal Alfonso García Lanz, mediante una resolución de segunda instancia que puede tardar varias semanas en ser dictada.

De ninguna manera podemos hablar de un traslado inminente. Lo que sí es cierto es que la orden judicial para cambiar de reclusorio a Succar Kuri nos fue notificada el pasado 24 de noviembre, lo cual no es novedad. No estuvimos de acuerdo, pues consideramos que es un criminal de alta peligrosidad y por ello ya apeló el Ministerio Público Federal, precisó el funcionario.

Le pedimos a un magistrado del tribunal unitario del vigésimo séptimo circuito, con sede en Quintana Roo, dentro de la toca penal 74/2010, que revoque el fallo del juez de distrito, a lo que estamos en espera; por lo pronto, no puede haber ningún movimiento de nadie ni cambio de nada hasta que resuelva el magistrado correspondiente, destacó Nájera.

En su edición del pasado lunes, La Jornada informó que el juez segundo de distrito con sede en ese destino turístico, Alfonso Gabriel García Lanz –quien procesa desde julio de 2006 al estadunidense acusado de violar y prostituir a decenas de niños y niñas–, ordenó el traslado de Succar al penal de Cancún, luego de considerar que el indiciado no es un sujeto de alta peligrosidad.

Esa penitenciaría municipal se caracteriza por ser una de las más inseguras del país, ya que ha tenido varias fugas de reos en años recientes.

–¿La PGR tiene la confianza de que se demostrará la alta peligrosidad de Succar ante un tribunal de segunda instancia? –se le preguntó a Nájera

Jean Succar Kuri, El JohnnyFoto Notimex /Archivo

–Nosotros estamos convencidos, por eso apelamos.

–¿Se presentaron nuevas pruebas al tribunal unitario para que revoque el fallo de García Lanz?

–No, no se vuelven a presentar pruebas, sino lo que hay en los expedientes desde antes (las que revisó en su momento el juez García Lanz antes de autorizar el traslado de El Johnny a Cancún) es con lo que se manejan las cosas.

En ese contexto, el penalista Xavier Olea Peláez, coadyuvante de la PGR en los procesos abiertos en varios juzgados (uno federal y dos del fuero común), sostuvo ayer a este diario que desde 2006, cuando consiguió trasladar al pederasta del penal de Cancún al de máxima seguridad en Almoloya de Juárez, estado de México, logró demostrar que Succar Kuri es un sujeto cuyas patologías sicológicas lo hacen un recluso de alta peligrosidad.

Hemos demostrado que este pederasta tiene la solvencia económica suficiente para corromper autoridades y fugarse de cualquier reclusorio municipal, sostuvo Olea Peláez.

Es un sicópata con tendencias criminales

El jurista añadió: También hemos demostrado, mediante dictámenes periciales elaborados por especialistas médicos, que (Succar) es un sicópata con tendencias criminales y una patología pedófila, por lo que cualquier preso que conviva con él en una celda de un tribunal municipal, como el de Cancún, puede ser altamente contaminado, de ahí la importancia que permanezca en un penal de máxima seguridad.

Desde julio de 2006, cuando García Lanz dictó formal prisión en contra de Succar Kuri por el delito de pornografía infantil, apenas unas semanas después de que el sujeto –que enfrenta cargos de pederastia– fuera extraditado de Estados Unidos a México, el juez federal no ha podido cerrar la instrucción del juicio, trámite indispensable para dictar su sentencia de primera instancia.

Eso no ha ocurrido, fundamentalmente porque el procesado se encuentra lejos de Cancún, lo que ha dificultado las diligencias judiciales ordenadas por los jueces quintanarroenses para el desahogo del proceso.