Doha, 14 febrero. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, advirtió hoy aquí que la influencia y el creciente poder de los Guardianes de la Revolución iraníes representa una amenaza directa para todos, al comenzar una visita en la región del Pérsico en la cual busca apoyo a la estrategia de Washington de imponer más sanciones a la República Islámica, en represalia por su programa nuclear.

Al participar en el foro anual Islam-Estados Unidos, organizado por el centro de estudios Brookings, la jefa de la diplomacia estadunidense conminó a Teherán a reconsiderar su peligrosa política atómica que, afirmó, da pocas opciones al mundo, salvo imponer mayores sanciones.

En el primero de los tres días de esta gira, la jefa de la diplomacia estadunidense dijo que Washington quiere una solución pacífica y realmente aplaudo cualquier acercamiento importante, pero no queremos acercarnos cuando están construyendo su bomba.

Reiteró que Teherán no ha podido demostrar que su plan nuclear es completamente pacífico.

El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, informó el jueves pasado que el país comenzó a enriquecer uranio a 20 por ciento y podría hacerlo incluso a 80 por ciento, el grado requerido para la fabricación de bombas atómicas, pero aseguró que no está interesado en tener este tipo de armas.

Clinton, quien este lunes visitará Arabia Saudita para reunirse con el rey Abdullah, adelantó que el presidente Barak Obama prepara con sus aliados nuevas medidas para forzar a Irán a abandonar sus provocadoras medidas.

James Jones, asesor estadunidense de Seguridad Nacional, declaró al canal Fox News, en Washington, que su país podría presentar este mes un proyecto de nuevas sanciones ante el Conejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, y manifestó que Estados Unidos espera ganar el respaldo de China.

Antes de su participación en el foro Clinton se reunió en Doha con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien reiteró la oferta de que un intercambio de uranio iraní se produzca en su país.